A la espera del dictamen de las comisiones de Ambiente y Presupuesto, el proyecto para crear el Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul enfrenta su última oportunidad para ser tratado en el Senado y proteger los valiosos ecosistemas de alta mar.
El proyecto de ley para establecer el Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul se encuentra en una etapa crucial. Con media sanción de la Cámara de Diputados desde 2022, esta iniciativa necesita aprobación del Senado antes de fin de año para evitar perder su estado parlamentario. Tras dos sesiones informativas en septiembre y octubre, las Comisiones de Ambiente y Desarrollo Sustentable, presidida por la senadora Edith Terenzi, y de Presupuesto y Hacienda, a cargo del senador Ezequiel Atauche, tienen la última palabra para avanzar hacia un dictamen que permita tratar el proyecto en el recinto.
Ubicado a la altura de las provincias de Chubut y Santa Cruz, el Agujero Azul abarca 148.000 km² de lecho marino —una superficie similar a la provincia de Mendoza—. Su relevancia radica en la protección de ecosistemas ricos en biodiversidad, actualmente amenazados por la pesca de arrastre internacional, una actividad que carece de regulación y control en esta zona de alta mar. “La pesca de arrastre de fondo no es selectiva. Arrastra con todo lo que encuentra, sin discriminar especies, y lo que no tiene valor comercial es descartado, muerto al mar,” explica Valeria Falabella, directora de Conservación Costero Marina de WCS Argentina, quien advierte sobre el impacto devastador de esta práctica.
La biodiversidad de Agujero Azul es notable. Este espacio alberga un sistema de cañones submarinos donde especies endémicas, arrecifes de coral y otras formaciones bioingenieras cumplen un rol fundamental en la estructura del ecosistema. “Estos ecosistemas no solo son un refugio y área de reproducción para una gran diversidad de especies, sino que también contribuyen al secuestro de carbono, un proceso vital para mitigar el cambio climático,” añade Falabella, destacando la importancia ecológica del lugar.
Además de sus características bentónicas, el Agujero Azul es zona de tránsito para especies migratorias como las ballenas y los elefantes marinos del sur, que recorren grandes distancias en busca de alimento en estas profundidades. La protección de esta área resultaría fundamental no solo para conservar los ecosistemas marinos, sino también para preservar las rutas de vida de estas especies.
El proyecto cuenta con el respaldo de organizaciones de conservación como AquaMarina, Aves Argentinas, Greenpeace y el Instituto de Conservación de Ballenas, entre otras, todas agrupadas en el Foro para la Conservación del Mar Patagónico. En palabras de Falabella, “El Senado tiene hoy una oportunidad única para proteger nuestro mar. Necesitamos legisladores que comprendan el valor de esta área protegida y defiendan la integridad de nuestros ecosistemas marinos.”
En la segunda sesión informativa, algunos representantes de agencias gubernamentales, como Cancillería y la Subsecretaría de Pesca, mostraron reticencia al proyecto, argumentando un posible impacto en la pesca nacional, pese a que la flota argentina no opera en el Agujero Azul. Sin embargo, Falabella destaca que “existen tecnologías eficientes para el monitoreo satelital que permitirían controlar las actividades en esta zona remota.”
El destino del Agujero Azul está en manos del Senado. La aprobación de esta ley sería un avance fundamental para la conservación del mar argentino, protegiendo su biodiversidad y garantizando la sostenibilidad de sus ecosistemas frente a las amenazas crecientes de la actividad humana.
Fuente: WCS