Resulta imposible pensar en cuestiones ambientales y no remitir automáticamente al cambio climático y sus efectos. El tema está en boca de todos. No pasa una semana sin que el calentamiento global no sea abordado por algún medio de comunicación. Y no es para menos. Los efectos de la variación del clima global ya son una realidad que nos afecta cotidianamente.

El aumento de la temperatura afecta a cada rincón de nuestro planeta, pero hay regiones cuyas particularidades los hacen especialmente sensibles. Regiones como la Antártida poseen un equilibrio ecosistémico muy delicado y cualquier variación, por mínima que sea, acarrea efectos significativos.

Pero empecemos por lo básico, ¿Qué es el cambio climático? ¿Cuáles son sus causas y consecuencias? El cambio climático, como su nombre lo indica, es una variación en las temperaturas que sucede a escala global. Específicamente se trata de un aumento marcado de las temperaturas medias que viene acrecentándose en las últimas décadas. Si bien hay diferentes opiniones y puntos de vista que refutan la incidencia de la actividad humana en este cambio climático, existe una creencia generalizada y evidencias que la sustentan que nuestra especie ha colaborado muchísimo en modificar las variables que determinan el clima del Planeta Tierra. Las consecuencias de estas variaciones de temperatura son diversas y no son las mismas en todo el mundo. En algunas regiones se manifiesta con sequias intensas mientras que en otros con incrementos en la frecuencia y ferocidad de las tormentas. La razón de esto es que el clima es un sistema muy complejo y a la vez delicado, en el cual una pequeña variación por aquí significa grandes cambios más allá.

El caso de los efectos del cambio climático en la Antártida es sumamente preocupante. Las variaciones del clima global están provocando modificaciones significativas en el ecosistema antártico, lo que afecta profundamente a la vida en el continente.

En primer lugar se debe destacar el derretimiento del manto de hielo. Un caso emblemático fue el desprendimiento en julio del 2017 de un gigantesco iceberg. El bloque de hielo tenía un peso de un billón de toneladas y una superficie de 5.800 kilómetros cuadrados. Se desprendió del segmento Larsen C en algún momento entre el 10 y el 12 de julio. Este desprendimiento fue uno de los mayores registrados hasta el momento.

Un estudio del año 2016 elaborado por los investigadores Robert M. DeConto, del Departamento de Geociencias de la Universidad de Massachusetts (EE.UU) y David Pollard, del Instituto de la Tierra y Sistemas del Medioambiente de la Universidad Estatal de Pennsylvania (EE.UU.) proyecta que de continuar con el ritmo actual el deshielo en la Antártida provocará una elevación de más de un metro en el nivel del mar para el año 2100. Un incremento en el nivel del mar de esas proporciones significa un impacto de dimensiones catastróficas para la vida sobre nuestro planeta. La mayoría de las ciudades costeras quedarían sumergidas por las aguas.

El aumento de las temperaturas también está teniendo un fuerte impacto en las tormentas y precipitaciones a escala global. Estamos siendo testigos de la fuerza devastadora de los huracanes en el Caribe y de las inundaciones a causa de las intensas lluvias en nuestro país. La Antártida no esta excenta de este fenómeno, que se traduce en un incremento en las precipitaciones níveas. Según indica un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, el aire más caliente transporta más humedad y, por lo tanto, produce más precipitación. En el frío de la Antártida se produce en forma de nevadas. “Hemos sacado un número de diversas líneas de evidencia y hemos encontrado un resultado muy consistente, un aumento de la temperatura significa más nevadas en la Antártida. Por cada grado de calentamiento regional, las nevadas se incrementan alrededor del 5%”, dice la cientifica Katja Frieler del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), de Alemania.

Otro fenómeno significativo que se ha observando en el continente blanco es, justamente, su “cambio de color”. Un grupo de científicos de tres universidades inglesas descubrió que la cantidad de musgo y la tasa de crecimiento de las plantas se ha disparado en los últimos 50 años. El crecimiento de musgo se ha quintuplicado en este medio siglo. “La sensibilidad del crecimiento del musgo al aumento de la temperatura en el pasado sugiere que la alteración de los ecosistemas se producirá rápidamente con el calentamiento global, lo que llevará a trastornos en la biología y en el paisaje de esta región emblemática”, sostuvo el profesor Dan Charman, director del proyecto. “Si el calentamiento continúa, habrá un retroceso mayor de los glaciares y la Península Antártica será un lugar mucho más verde en el futuro”, señaló Matt Amesbury, el autor del estudio.

Pero no solo la vida vegetal se ve afectada. Las especies animales que habitan el continente dependen del correcto funcionamiento del ecosistema antártico que, en vista de los diversos cambios a los que está siendo expuesto, no se está dando. Este impacto se manifiesta principalmente en los invertebrados que habitan el lecho marino oceánico. Un estudio publicado recientemente en la revista británica Nature Climate Change señala que el calentamiento global perjudicará al 79 % de las especies del fondo marino antártico durante el próximo siglo. Tras el estudio de 900 especies de invertebrados que habitan cerca de la Antártica, un equipo del instituto British Antartic Survey determinó que la mayoría sufrirá una importante reducción del hábitat debido al calentamiento del planeta. Según los investigadores, las consecuencias de dicha pérdida de fauna en la región, implicará importantes cambios en la gestión y distribución de los recursos. Muchas especies únicas en la Antártida podrían cambiar su localización en busca de lugares más fríos, lo que tendrá consecuencias dramáticas para la futura biodiversidad de la región.

Nuevamente nos toca evaluar nuestro curso de acción como sociedad en pos de revertir la situación y evitar continuar nuestro avance hacia un futuro incierto, donde los cambios provocados en el ambiente resulten irreversibles. Los efectos están a la vista de cualquiera. Lo que está sucediendo en la Antártida provocará consecuencias catastróficas para nuestra civilización y la vida natural en el planeta en las próximas generaciones.

 

Abel Sberna

Fuentes: Revista Nature Climate Change; Agencia EFE

 

 

Deja tu comentario