El mundo enfrentará una profunda crisis económica tras la pandemia de COVID 19 y la generación de energía jugará un rol principal. El desarrollo de nuevas tecnologías para el aprovechamiento de las fuentes de energía limpias y renovables es fundamental si se pretende evitar una catástrofe ambiental durante la reactivación económica.

La pandemia de COVID 19 ocasionó un inesperado parate en todo el mundo que prácticamente paralizó la economía global. Las consecuencias ya se están haciendo notar y el escenario que se espera para la etapa post pandemia es el de una economía en recesión que deberá afrontar el gran desafío de reactivarse sin comprometer la frágil situación ambiental en la que se encuentra actualmente el planeta.

Desde la Organización Meteorológica Mundial advierten que aunque la pandemia ha llevado a una reducción transitoria de las emisiones de gases de efecto invernadero de un 6%, no sustituye una acción climática continuada, y que con frecuencia, las crisis económicas anteriores han ido seguidas de períodos de recuperación asociados con aumentos de las emisiones hasta niveles muy superiores a los previos a la crisis. Por ello resulta fundamental el desarrollo de las tecnologías que permitan el aprovechamiento de las fuentes de energía renovables. Una opción prometedora es la energía que se puede obtener de las olas del mar. Se trata de una alternativa con gran potencial que viene siendo estudiada hace décadas y permite generar energía limpia a partir del aprovechamiento del movimiento del agua tanto en las costas como en mar abierto.

Existen diferentes formas de aprovechar la energía cinética producida por los mares, pudiendo ser extraída de la fuerza de las olas, las mareas y las corrientes, pero también de la salinidad y de la diferencia de temperatura entre la superficie y el fondo marino.

Energía de las corrientes marinas: como sucede con el aire en la atmósfera, el agua marina circula constantemente en corrientes que mueven enormes cantidades de agua. Con sistemas similares a las turbinas utilizadas en las represas se puede aprovechar este movimiento para generar grandes cantidades de energía.

Energía de las olas o Undimotriz: en este caso la energía se obtiene aprovechando el movimiento ondulatorio de la superficie del mar. Estas olas al estar producidas por el viento y el aire son muy irregulares, lo que ha llevado a nuevos desarrollos de tecnologías y dispositivos que se adapten a los movimientos como son: columna de agua oscilante, cuerpos flotantes, anclados al fondo marino, sistemas de rebosamiento y/o impacto, etc.

Energía de las mareas o Maremotriz: como el nombre lo indica, esta técnica permite aprovechar el movimiento del agua provocado por la variación de las mareas. La técnica consiste en el almacenamiento de agua a través de un dique o embalse con una serie de compuertas que permiten la entrada y salida de agua para finalmente generar energía.

Energía Maremotérmica: esta técnica aprovecha los cambios de temperatura entre la superficie y el fondo marino, los cuales generan una circulación de agua que puede ser aprovechada para producir energía.

Energía del gradiente salino o Energía Azul: Esta energía se refiere a la concentración de sal que existe entre el agua del mar y el agua de los ríos. Existen varios métodos para generar electricidad a partir de la diferencia de electricidad, siendo los más destacados la Ósmosis por Presión Retardada y la Electrodialisis Inversa.

Argentina es un país que cuenta con grandes extensiones de costas y una enorme plataforma submarina. El desarrollo de este tipo de energía, sumado a otros como la eólica y la solar, podrían permitir al país avanzar hacia la necesaria transición hacia una matriz de generación energética sustentable y limpia.

Abel Sberna

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