La Auditoría General de la Nación presentó un informe exponiendo importantes falencias en la gestión de la Estrategia Nacional de Biodiversidad que lleva adelante la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

La Auditoría General de la Nación, organismo que asiste técnicamente al Congreso de la Nación Argentina en el control del estado de las cuentas del sector público y que tiene como principal objetivo contribuir a que se adopten decisiones eficaces, económicas y eficientes en materia de gastos e ingresos públicos realizó una auditoria a la gestión de la Estrategia Nacional de Biodiversidad que lleva adelante la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. La evaluación se realizó sobre el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2016 hasta el 30 de abril de 2018, durante la gestión de Sergio Bergman como secretario de ambiente de Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri.
El informe presentado por la AGN plantea duras observaciones y concluye que “los hallazgos de la auditoría señalan que no se cumple con las condiciones de buena gobernanza necesarias para garantizar una implementación eficaz, efectiva y oportuna de la Estrategia Nacional de Biodiversidad en los plazos previstos en su Plan de Acción”.
Argentina es un país que cuenta con una vasta biodiversidad a lo largo de todo su territorio, el cual es muy variado en cuanto a las ecorregiones que en el mismo se distribuyen. Actualmente el deterioro de los hábitats naturales es la principal causa de la pérdida de biodiversidad. La expansión de la frontera agropecuaria y la deforestación, sumadas a otras actividades productivas mal implementadas como la minería y la ganadería, y el impacto del cambio climático tienen un grave efecto sobre los ambientes naturales de Argentina. Como propuesta para contrarrestar esta situación la Secretaria de Ambiente y desarrollo Sustentable de la Nación presentó la Estrategia Nacional de Biodiversidad que, mediante la aplicación de 21 pautas tiene como objetivos (entre otras cosas) la conservación y el uso sustentable de la biodiversidad, la creación de conciencia y la divulgación y educación sobre la biodiversidad, y el monitoreo, control, prevención y fiscalización de la diversidad biológica del país.
Sin embargo, según el informe resultante de la auditoria “la Estrategia Nacional de Biodiversidad no posee la jerarquía jurídica suficiente para garantizar su implementación de manera transversal en los organismos que integran el Poder Ejecutivo Nacional, ni en las provincias y municipios vinculados con diversos aspectos de la gestión de la biodiversidad” y agrega que “la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable no ha elaborado una planificación estratégica ni operativa para implementar la Estrategia Nacional de Biodiversidad, consecuentemente, no se ha definido los organismos actuantes, los recursos humanos y materiales requeridos, cronogramas de ejecución, ni indicadores anuales de gestión”.
En el mismo documento se expresa que “la coordinación interministerial es débil y se ha desarticulado el Observatorio Nacional de Biodiversidad (OBIO), lo que afecta la transparencia de la gestión, ya que representa un retroceso en cuanto a participación ciudadana y a disponibilidad pública de la información sobre biodiversidad” y que “no se establecieron los mecanismos ni se definieron parámetros para realizar el monitoreo y evaluación de la Estrategia, lo que impide medir la eficiencia y eficacia de Argentina en cuanto a la implementación del Convenio de Diversidad Biológica y sus instrumentos derivados”.
Abel Sberna
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