Este viernes se llevó adelante el 4to. Encuentro de Patrimonio gastronómico en el Salón de Usos Múltiples del Museo Marítimo de Ushuaia, institución que llevó adelante la organización.
Con la presencia de emprendedores fueguinos, el ciclo de este año se desarrolló bajo la temática “Frutos de mar, desde el agua a la mesa fueguina”, un aspecto tan importante en la historia y la cultura de la gastronomía local, explicaron sus organizadores.
Pasado: Los primeros emprendedores
En primer lugar, el Dr. Adrian de Antueno (ex SENASA-Municipalidad de Ushuaia) expuso sobre la “Historia fueguina de la conservación de frutos de mar” haciendo un “viaje al pasado” con documentos y fotografías históricas. Asimismo anunció la producción de un libro que recopilará el registro y testimonios de los primeros emprendimientos como “Fique”, la primera fabrica de conservas de fruto de mar “sin etiquetas” desde Puerto Almanza para todo el país.
Antueno sostuvo que “las cosas no eran fáciles en esas épocas” con el proceso de pesca y conserva de la centolla, sardinas,entre otros pescados en Almanza y Lapataia en las décadas del 40 y 50. Actualmente algunos restos como casas, galpones, maquinarias, latas y otros objetos forman parte del patrimonio intangible de la provincia.
Presente: Afianzamiento de la Ruta de la Centolla
La ponencia “Ruta Gastronómica de la Centolla” estuvo a cargo del Ing. Enrique Livraghi (INTA-Agencia Ushuaia) y emprendedores de Puerto Almanza.
Livraghi explicó sobre el significado de la iniciativa Ruta de la Centolla, que se trata de un circuito productivo gastronómico motorizado por pequeños emprendedores ubicado a 70 kilómetros de Ushuaia en la zona llamada Puerto Almanza. Alrededor de las 15 familias que habitan el pueblo integran el grupo Cambio Rural y junto a la Agencia de Extensión del INTA en Ushuaia e impulsaron la creación de La Ruta de la Centolla, un corredor de turismo rural para dar a conocer el trabajo de los pescadores de la zona, típica de centollas –a eso debe su nombre–, centollones, truchas y mejillones.
La ruta recorre un tramo de casi 15 kilómetros, prolongándose hasta Punta Paraná, e incluye sus plantaciones de frutas finas y hortalizas, cultivos que, a 90 kilómetros de Ushuaia –donde solo una vez en la historia la temperatura alcanzó los 27 grados–, crecen al sur del Canal de Beagle.
Tres de esos quince emprendedores como Austral Mar, Puerto Pirata y la Chacra Ruca Kellen, explicaron a los presentes el objetivo de los locales y la experiencia de potenciar un negocio en un lugar alejado. “Tratamos de que la gente que nos visita se vaya no sólo con la panza llena sino con el alma llena, que conozca el lugar, la geografía, la historia, visiten los demás emprendimientos y alojamientos”, expresaron.
El visitante puede probar las delicias de los restaurantes, parrillas, casa de te y cultivos de frutos rojos hasta realizar una caminata a la Cascada de Duende. También hace canopi, alojarse en las cabañas hasta hacer una navegación a la Pinguinera.
También apuntaron a que a pesar de que es difícil desarrollar y exportar, “producimos y recibimos mucha gente” y lo más importante es que como grupo “nos retroalimentamos, usamos los productos que se producen en la zona”.
Futuro: Cuidar el Canal Beagle
Por último se hizo la charla “Gastronomía y Frutos del Mar”, a cargo del chef local Lino Adillón quien relato su experiencia en el tratamiento de la pesca fueguina desde 1994 cuando se hizo la primera feria gastronómica en el Museo Marítimo. Como mensaje final el cocinero dejo en claro un mensaje: de cuidar las aguas del Canal Beagle y estar alerta ante el avance de las salmoneras para que no perjudique el ecosistema fueguino.
Silvana Minué
Imágenes: Museo Marítimo Ushuaia