Un equipo internacional de científicos viajó desde Ushuaia hasta el Cabo de Hornos para investigar a un raro tipo de orca que podría ser una especie diferente. Tras el encuentro con este animal los investigadores recopilaron muestras que les permitirá conocer mejor a este poco conocido tipo de orca.
Las orcas son unos de los animales más espectaculares que habitan los mares del mundo. Su bella constitución física y su impactante presencia las convierten en una especie de especial atractivo, tanto para los amantes de la naturaleza como para los investigadores. Existen diferentes tipos de orcas, aunque se considera que todas pertenecen a una misma especie. Sin embargo esto podría cambiar gracias al trabajo de un grupo de investigadores que navegó las aguas del Cabo de Hornos en busca de un rato tipo de orca denominada “tipo D”. Se trata de un ecotipo que presenta características fisiológicas con notables diferencias lo que hace sospechar que podría tratarse de una especie de orca totalmente diferente. Sin embargo es muy poca la información disponible acerca de estos habitantes de las peligrosas aguas del sur del mundo.
El equipo que partió desde Ushuaia en busca de las orcas tipo D estuvo compuesto por especialistas de diferentes lugares del mundo. La expedición estuvo liderada por Bob Pitman del Centro Científico de Pesquerías del Sudoeste dependiente de National Oceanic and Atmospheric Administration (NOOA) de Estados Unidos y contó con la participación de la Dra. Lisa Ballance de Estados Unidos, John Totterdell y Rebecca Wellard de Australia, Jared Towers de Canadá y el Dr. Mariano Sironi, Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina.
“Desde las primeras millas navegadas por el Canal de Beagle todos tuvimos mucha ansiedad y expectativa. Si los vientos nos permitían llegar a nuestra área de interés, las proximidades de las pequeñas islas Diego Ramírez en el sur de Chile, tal vez lo lograríamos. Si no, sería un gran sueño postergado. El encuentro con estas orcas tan peculiares se produjo después de que estuviéramos una semana con la embarcación anclada, esperando que pasaran las tormentas perpetuas del Cabo de Hornos. Fue entonces cuando logramos obtener tres biopsias, pequeñas muestras de piel tomadas de un grupo de 30 orcas Tipo D con un dardo y una ballesta sin causarles ningún daño”, explica Mariano Sironi del Instituto de Conservación de Ballenas, quien participó de la expedición convocado por el Centro de Conservación Cetácea de Chile con el cual el ICB lleva adelante acciones de forma colaborativa.
Luego de días de búsqueda y espera en los mares australes, soportando las condiciones meteorológicas severas propias de la región, la expedición dio finalmente con lo que estaba buscando. “En la madrugada del 21 de enero, a las 5:40, en el pasillo del velero escuché el grito que tanto ansiábamos escuchar: ‘¡están las D, las D están aquí!’ Un revuelo de abrigos, máquinas de foto y equipos de muestreo invadió el velero, y en minutos estábamos todos en la cubierta. Unas 30 orcas nos rodeaban, nadando tranquilas, mostrando su mancha ocular pequeña e inconfundible. ¡Eran ellas! Se acercaron muchas veces, curiosas por ver de qué se trataba el hidrófono y las cámaras con las que las grabamos y filmamos. El sol del amanecer brillaba sobre su piel negra y blanca, mientras petreles y albatros sobrevolaban el grupo. Nunca voy a olvidar esa mañana”, describe Sironi el encuentro con los particulares animales marinos.
Las muestras conseguidas por el equipo resultaran de vital importancia para adquirir información detallada sobre estas orcas y poder determinar si se trata o no de una especie diferente al resto. Bob Pitman, líder de la expedición se muestra esperanzado con las posibilidades que abre esta investigación “Lo más importante es que logramos tomar tres biopsias de piel y grasa para responder preguntas que hace años esperan respuesta: son la clave para determinar si las Tipo D representan una especie diferente de orca. Estas orcas podrían ser el animal más grande del planeta que aún queda por describir, y una señal clara de lo poco que sabemos sobre la vida en nuestros océanos”.
Abel Sberna
Fuente: Instituto de Conservación de Ballenas ICB (ballenas.org.ar)
Fotografías: Mariano Sironi