Un estudio llevado adelante por científicos de la Universidad de Exeter en las costas de Chipre reveló una importante cantidad de microplásticos en las arenas donde las tortugas marina se reproducen, alterando las condiciones de reproducción de estos animales.

El plástico ha sido una bendición para la vida humana moderna y una maldición para la vida natural en el planeta. Los microplásticos, pequeños fragmentos de este material, se encuentran presentes en la tierra y en el agua alrededor del globo, con graves consecuencias para las especies que ven modificadas las condiciones de sus ecosistemas. Gracias a los microplásticos las playas podrían no ser tan seguras para la reproducción de las tortugas marinas, como lo indica un estudio llevado adelante por Científicos de la Universidad de Exeter del Reino Unido.

El estudio en cuestión que relevo las arenas de 17 sitios de anidamiento de tortugas bobas y tortugas verdes (ambas especies amenazadas) reveló la presencia de importantes cantidades de microplásticos en profundidades en las cuales estos animales depositan sus huevos. El muestreo se realizó en las playas de Chipre, dando como resultado el hallazgo de un promedio de 5.300 partículas de plástico por metro cúbico a profundidades de 60 centímetros. En la superficie, se encontraron hasta 130.000 fragmentos de plástico por metro cúbico, el segundo peor nivel jamás registrado en una playa. Según los científicos involucrados en la investigación estas condiciones podrían poner en riesgo el éxito de eclosión e incluso la proporción de crías de tortugas machos y hembras.

Muestreamos 17 sitios de anidación para tortugas bobas y tortugas verdes y encontramos microplásticos en todas las playas y todas las profundidades“, dijo Emily Duncan, del Centro de Ecología y Conservación en Penryn Campus en Cornwall, en la Universidad de Exeter. “Los microplásticos tienen diferentes propiedades físicas a los sedimentos naturales, por lo que los niveles altos podrían cambiar las condiciones en los sitios de incubación, con posibles efectos en la cría de tortugas. Por ejemplo, la temperatura a la que el huevo incuba afecta el sexo de la cría”. Dado que los plásticos se calientan cuando están expuestos al sol, al combinarse con la arena los microplásticos pueden aumentar su temperatura, en especial si el pigmento del plástico es oscuro. Cuando la temperatura de la arena alcanza entre 29,5 °C y 33,8 °C, se estimula la producción de una enzima que activa el estrógeno, ese proceso puede hacer que el feto de la tortuga se defina como hembra. Al verse alterada la proporción de machos y hembras en la población, el desarrollo de la especie puede verse afectado en el futuro, sumando una nueva amenaza para especies que ya se encuentran en peligro de extinción.

Según Brendan Godley, coautor del estudio “A diferencia de las playas en China donde se han registrado los niveles más altos de microplásticos, estas playas en Chipre están ubicadas lejos de las prácticas industriales y no son visitadas por un gran número de personas. Por lo tanto, parece que los microplásticos están llegando a las corrientes oceánicas. En este caso, nuestro análisis sugiere que la mayor parte provenía de la cuenca del Mediterráneo oriental. Esto también se aplica a los grandes trozos de plástico que se encuentran en las playas de Chipre en grandes cantidades

 

Abel Sberna

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