Incertidumbre (inθeɾti’ðumbɾe) sustantivo femenino, dícese de la falta de seguridad o certeza sobre algo.

María Cash desapareció, como si estuviese participando de un acto de magia cruel, el viernes 8 de julio de 2011. Creativa y desenvuelta se subió a la ruta para descubrir qué inspiración podía encontrar.

Su sonrisa recorrió el mundo, su familia se transformó en una brigada de búsqueda infinita, tanto, que su padre perdió la vida tratando de hallarla, pero nada se supo, nada se sabe. La imagen fue impresa, pegada y compartida de manera virtual una incontable cantidad de veces. Todos sabemos quién es María.

Y todo es incertidumbre.

Este jueves 25 de enero de 2018 el abogado de la familia Cash fue entrevistado por FM Noticias de la provincia de Salta, la provincia en la que la joven, vistiendo botas de gamuza beige, jeans y un bolso rosado que llevaba en bandolera, fue vista por última vez.

Según explicó el letrado, ahora el cráneo está en una morgue de La Paz y ellos están trabajando sobre esos restos hace ya seis meses: “Todo comenzó con un pedido de auxilio de una forense de Bolivia que tenía un NN y están asociados con dentistas forenses de Argentina. Tomó el tema el doctor Heit de Entre Ríos que, junto a Pablo Medina en Salta, hicieron un estudio de sonrisa y les dio una similitud muy importante con las imágenes de María. Nos explicaron que una dentadura y una sonrisa son similares a una huella digital”.

Más allá de las similitudes científicas y técnicas, uno de los datos que ajustan la probabilidad es que fue encontrado a cuatro meses de la desaparición, en noviembre de 2011”, señaló el abogado.

Según el mismo relato de Pedro García Castiellan, un médico forense boliviano “trabajó sobre la antropometría del rostro y le dio una certeza muy llamativa”.

María tiene unas características en su cara, que es el mentón más prominente que lo normal, y se hizo una antropometría del mentón y pómulos y le dio una probabilidad alta, sumado a que se trata de un resto de un cráneo caucásico que no es compatible con la raza de la región”, añadió.

El abogado fue consultado sobre la posibilidad de obtener una muestra para poder llevar adelante los análisis genéticos que darían una respuesta certera, a lo que explicó que “mandamos exhortos tres veces, por eso vamos a insistir en que, si no hay respuesta, tratar de formar una comisión y que vaya gente de Argentina y retire una muestra para que se la traiga y se haga la compatibilización”.

Al respecto, aclaró que el pedido no debe ser de repatriación sino que, al ser hallado el cuerpo en Bolivia, es un delito que pertenece a ese país: “Nosotros pedimos una partícula suficiente para realizar un estudio de ADN que, si dice que se corresponde con María Cash, ahí sí habría que trabajar en una repatriación. Hasta ahora no sabemos, son probabilidades, para mí altas, pero hay que despejarlas”.

Con respecto a por qué está solo el cráneo o qué pudo haber pasado, Castiella explicó que aún no tiene precisiones ni hipótesis pero que “podría haber sido arrojado en el lugar para dispersar la investigación”. Y completó: “Lo curioso es que la desaparición se da justo en la misma semana que el crimen de las francesas”.

La situación, por supuesto, se presenta dolorosa sobre todo para sus familiares más cercanos. María del Carmen, la mamá de María, por ahora espera estoica novedades sobre el caso. Durante la misma tarde del jueves fue consultada por el programa del periodista Mauro Viale por el canal América de la Ciudad de Buenos Aires y fue contundente: “No creo que de la que hablan sea mi hija”.

María del Carmen hizo una especie de racconto de todo lo que sucedió desde que supieron de este hallazgo (habló de un año de antigüedad, a pesar de que su abogado señaló que hace seis meses que están trabajando sobre el hecho) y le alcanzó para sostener con firmeza que “hasta no tener una muestra para poder analizarlo, no es María Cash”.

Y la incertidumbre continúa siendo protagonista.

Se atan cabos, se unen hilos, se pega con pegamento débil una historia incierta. Que un camión, que un boleto de colectivo, que estaba rara, que se movía errática, que sonreía como nadie y que se la tragó la tierra.

Su foto sigue presente en cuanta red social exista, la vemos al cruzar una frontera, al entrar a un aeropuerto, al cerrar los ojos. Ella está ahí, como una presencia permanente que nadie quiere que se diluya. Pasaron 2.394 días, pero lo que no pasó nunca fue la esperanza de encontrar a María.

 

María Fernanda Rossi

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