El año 2017 fue el más caluroso de la historia de nuestro país. En estos momentos una ola de calor golpea a Argentina en casi todo el territorio nacional. A causa de las sequías y el calor, varios focos de incendios amenazan con extenderse por los bosques andinos. El cambio climático llegó para quedarse
El comentario común en las redes sociales con respecto al clima indica que el verano llegó con todo. En todo el país se registran altas temperaturas que no dan tregua. Inclusive Ushuaia registró varios días con temperaturas que rondaron los 20°C con vientos del norte y tormentas eléctricas, situación que realmente representa una rareza para la región. En principio el buen clima en verano podría considerarse una buena señal para la temporada turística, pero la realidad es que estos calores extremos podrían responder a algo mucho más grave como es el calentamiento global causado por el cambio climático que atraviesa nuestro planeta.
Según un informe reciente elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el año 2017 fue el más caluroso registrado en la historia de Argentina. El récord anterior databa del año 2012. El año pasado se registró una temperatura promedio que se ubicó 0,66 grados centígrados por encima de la media normal, estimada en 16 grados. Desde el SMN indicaron que “estas cifras evidencian que en los últimos años nuestro país viene experimentando un aumento de temperaturas en casi todas las regiones y que la tendencia está en sintonía con la información de la Organización Meteorológica Mundial, que destaca que, a nivel global, se baten récords de temperaturas cada vez más elevadas”.
Durante la semana que pasó, las temperaturas extremas se hicieron sentir con crudeza en distintos puntos del país, como la ciudad de Rosario, donde el día jueves por la tarde la sensación térmica rondó los 45°C.
¿Deberíamos preocuparnos por esta escalada en las temperaturas? Ciertamente. Los efectos del calentamiento global son significativos y afectan de diversas maneras tanto a la vida natural como a las actividades de los seres humanos. Uno de los dramas frecuentes que enfrenta nuestro país es el de las inundaciones que se repiten cada año en las épocas de lluvias. Uno de los efectos del cambio climático es el incremento de tormentas fuertes e intensas, las que, en conjunto con la pérdida de capacidad de absorción de los suelos a causa de la deforestación y la sobre explotación agrícola, provocan gravísimas inundaciones que afectan a una importante cantidad de poblaciones de Argentina, principalmente a las de la región litoraleña.
Pero como otra cara de la misma moneda, también se incrementan los periodos de sequía y altas temperaturas en las regiones occidentales del país, afectando la disponibilidad de agua potable e impactando fuertemente en la actividad agrícola. Unos de los principales factores que colaboran con estos cambios es la deforestación, al cual se asocia en nuestro país al avance de las fronteras agropecuarias. Lo irónico de esto es que finalmente la misma agricultura se ve fuertemente perjudicada por los efectos de la alteración del clima. El rendimiento de los cultivos podría reducirse por la escasez de agua en varias zonas del país. Se espera que se incrementen enfermedades como las del ciclo tardío en la soja, brotes severos del virus Mal de Río Cuarto en el maíz y fusiariosis en el trigo pampeano. El acceso al agua potable también se ve disminuido por el retroceso de los glaciares a causa del incremento de las temperaturas. Los glaciares y los campos de hielo de los Andes experimentaron retrocesos significativos. Esto afecta el abastecimiento de los ríos y la disponibilidad de agua dulce en zonas áridas que dependen de estos cursos de agua.
Estamos presenciando en primera fila los efectos y las consecuencias del cambio climático en nuestro país. Y esto es solo el comienzo. De no revertirse la situación, lo que resulta cada vez más improbable, estos cambios se irán acentuando y las situaciones de emergencia serán cada vez más frecuentes. Al mismo tiempo se esperan efectos más severos, como el aumento del nivel de los mares, lo que representará un gran desafío para nuestro país que cuenta con numerosas ciudades y actividades productivas en regiones costeras. Nuestras ciudades fueguinas son un ejemplo. Si aún no te preocupaste por el cambio climático y qué hacer desde tu lugar para revertirlo, este es un buen momento para comenzar a hacerlo.
Abel Sberna

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