Tras la aparición de varios focos ígneos y ante el riesgo ambiental y sanitario que implica el basural a cielo abierto, el Gobierno de Santa Cruz desplegó un operativo preventivo para contener la situación, reforzar tareas en el lugar y evitar que el fuego vuelva a propagarse.

El humo volvió a hacerse visible desde distintos puntos de la ciudad y el viento patagónico hizo el resto. En ese contexto, el Gobierno de Santa Cruz volvió a intervenir en el basural a cielo abierto de Río Gallegos para contener focos ígneos activos y reforzar acciones preventivas frente a un riesgo que se repite y que impacta de manera directa en el ambiente y en la vida cotidiana de la capital provincial.
La intervención se realizó el 24 de diciembre, luego de reiterados llamados de vecinos que alertaron sobre la presencia de fuego en el predio. Desde la Secretaría de Estado de Ambiente se dispuso un operativo en el lugar para colaborar en el control de las llamas y evitar que la situación se agravara, especialmente ante las condiciones climáticas adversas.



El trabajo se llevó adelante con acompañamiento de Bomberos Voluntarios y fuerzas de seguridad, aunque las tareas se vieron seriamente condicionadas por el estado del basural. La gran acumulación de residuos, la presencia de elementos cortantes y la imposibilidad de acceder con maquinaria pesada dificultaron el abordaje de los focos ígneos y expusieron al personal a riesgos innecesarios.
Para un control más seguro y eficaz del fuego, era indispensable contar con equipamiento y maquinaria que permitiera abrir accesos y aislar los sectores comprometidos. Ante esa limitación, los equipos debieron buscar alternativas para alcanzar el foco principal y evitar que el incendio se expandiera, mientras una densa columna de humo avanzaba sobre la ciudad, empujada por los fuertes vientos del sur.

Un problema recurrente que vuelve a exponer la falta de soluciones de fondo
Si bien el incendio logró ser controlado durante la tarde, lo ocurrido volvió a dejar en evidencia una situación de fondo que permanece sin resolverse. El basural a cielo abierto continúa siendo un punto crítico para Río Gallegos, donde cada foco ígneo reactiva un problema ambiental, sanitario y de gestión que se arrastra desde hace años.
Desde Ambiente de Provincia remarcaron la necesidad de sostener acciones preventivas permanentes y avanzar en medidas que reduzcan los riesgos, especialmente en períodos de altas temperaturas y viento intenso. Prevenir, en este escenario, no es solo una tarea técnica: es una decisión política para evitar que el fuego vuelva a poner en jaque a toda la ciudad.