18 de agosto de 2025. Hace exactamente 23 años, el rompehielos ARA Almirante Irízar regresaba de la Antártida después de protagonizar una de las operaciones de rescate más arriesgadas de su historia: la Operación Cruz del Sur, que llevó asistencia al buque alemán Magdalena Oldendorff, atrapado en los hielos del invierno antártico.


A comienzos de junio de 2002, el Magdalena había quedado bloqueado en la bahía de Muskegbukta, con 79 científicos rusos y 28 tripulantes a bordo, a temperaturas cercanas a los 50 grados bajo cero y apenas cuatro horas de luz diaria. El capitán Iván Dikiy decidió resguardar la nave, pero el riesgo de quedar a la deriva obligó a la empresa armadora a pedir ayuda internacional. La respuesta llegó desde Argentina.


El Irízar, que acababa de completar su campaña antártica, se alistó en tiempo récord. El 25 de junio zarpó desde Buenos Aires bajo el mando del capitán de fragata Héctor Tavecchia, con dos helicópteros Sea King a bordo y el comandante de la Fuerza Naval Antártica, Raúl Benmuyal. En pleno invierno, sin antecedentes de una operación semejante, enfrentó tormentas de tres días y navegó campos de hielo de hasta dos metros de espesor.


El 19 de julio, tras semanas de maniobras, el rompehielos logró amadrinarse al buque atrapado. En tres jornadas entregó 600 m³ de gasoil, 60 toneladas de víveres y asistencia sanitaria a la tripulación multinacional de rusos, alemanes, ucranianos, filipinos e indios. La misión también incluyó vuelos de exploración glaciológica para abrir un canal de salida y escoltar al Magdalena hasta un área protegida donde pudiera esperar el deshielo estival.

El 4 de agosto comenzó el regreso. Dos semanas después, el Irízar fue recibido como un héroe en Buenos Aires: barcos deportivos lo escoltaron, la corbeta ARA Uruguay lo aguardó en el antepuerto y el público lo vitoreó desde la costa. La escena evocó la tradición de los grandes rescates en aguas antárticas y marcó un hito sin precedentes en la historia naval argentina.

En 2012, el Correo Argentino emitió una estampilla en conmemoración del décimo aniversario de aquella gesta que, aún hoy, es recordada como ejemplo de cooperación internacional y capacidad operativa en condiciones extremas.

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