Este 31 de octubre se conmemoran 500 años de la reforma protestante, un hecho histórico de trascendencia mundial cuyo impulso llega hoy en día no solo para quienes profesan la fe cristiana, sino también porque, de manera directa o indirecta, se han visto beneficiados por la fuerte convicción social que tienen quienes son parte de organizaciones religiosas.
El año -según los registros históricos- fue 1517; ese 31 de octubre el monje agustino dio a conocer los puntos que quería debatir públicamente, fijándolas en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg. El monje en sí era Martín Lutero, que desde hace un tiempo venía con cuestionamientos hacia el poder que ejercía la iglesia católica, “en un contexto en el que la fe se había mercantilizado al extremo, mediante la venta tarifada de indulgencias que permitían a los vivos y a los muertos acortar el tiempo del purgatorio y ganar el cielo” relataba el portal Infobae un año atrás exactamente.
De las 95 tesis que dieron comienzo a la reforma protestante, hay 5 “solas” que simplifican el quiebre que generó Lutero dentro de la Iglesia y el nacimiento del protestantismo. La Biblia es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. La salvación se encuentra solo en Cristo. La salvación es un regalo de Dios. Es por Fe en Cristo Jesús y toda Gloria es solo para Dios.
El Historiador y ensayista cubano Marco Antonio Ramos explica en “El Nuevo Diccionario de las religiones, denominaciones y sectas” sobre este hecho: “Su rompimiento con la sede romana fue definitivo y su énfasis en el libre examen y la promoción de la lectura bíblica lo convirtieron en el gran reformador de la Iglesia y en un pionero de la libertad intelectual como ésta se entiende hoy. Lutero tradujo la Biblia a la lengua alemana, lo que lo convirtió en figura central de ese idioma”.
Estos principios rompían con la hegemonía que los sacerdotes católicos ejercían en ese momento en Alemania. El sitio Producción Editorial recuerda que, para que la reforma fuera efectiva en su divulgación a través del continente europeo, Lutero requirió de un invento que años antes había creado Johannes Gutenberg: la imprenta de tipos móviles que iba a revolucionar el mundo de la edición de libros.
“Aunque Gutenberg murió en 1468, años antes de que Lutero empezara su particular cruzada contra los abusos de la iglesia católica, su invento fue determinante para el éxito en esta misión”, menciona el artículo.
Con Lutero en el exilio y perseguido por la iglesia, tradujo El Nuevo Testamento que se imprimió en septiembre de 1522, además de otros tratados y libros de Lutero. “Leer la Biblia en su propio idioma abrió sus mentes y fue el combustible necesario para que la Reforma Protestante se extendiera, primero por Alemania, y después por Europa”.
Desde Alemania y hasta lo último de la tierra
La reforma protestante de Lutero fue exitosa. El movimiento protestante crecía en toda Europa. Las “solas” de Lutero se convirtieron en convicciones que Allen Gardiner, un oficial de la Marina Inglesa, adoptó para sí al convertirse al evangelio.
El Historiador y profesor de Historia Lucas Potenze recuerda el periplo de Gardiner en un artículo publicado en 2014 en el Diario del Fin del Mundo.
“Cualquiera que sea la decisión que ustedes tomen, yo he resuelto volver otra vez a Sud América y no dejar una piedra sin revolver (…) ni un esfuerzo sin probar para establecer una misión entre los aborígenes. Ellos tienen derecho a ser instruidos en el evangelio de Cristo y mientras Dios me de fuerza, los fracasos no han de acobardarme (…) Estoy dispuesto a hacer esto por mi propio riesgo, quiéralo o no la Sociedad, Jesucristo ha dado una orden: predicar el evangelio hasta lo último de la tierra. El proveerá para el cumplimiento de su propio deseo. Obedezcámosle” cita Potenze al repasar las palabras de Gardiner tras un primer intento infructuoso de evangelizar a los habitantes de la isla.
La misión de Gardiner, que en los hechos no había conseguido su cometido, dejó un impacto profundo en la historia de quienes tomaron la posta de su misión. Potenze resume sobre el misionero: “Allen Gardiner fue un mártir de su fe y si hubiera sido católico seguramente sería un santo venerado en los altares. Cometió tantos errores que en términos psicoanalíticos diríamos que buscó inconscientemente el martirio, y es tal la felicidad extática que vuelca en su diario que se puede suponer que ese era su objetivo, sumando cierta dosis de narcisismo a la convicción de que tal era la voluntad de Dios”.
Muchos fueron los que siguieron la tarea iniciada por Gardiner, cuyo esfuerzo es parte esencial en la historia de la provincia. Una de ellas es la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Río Grande que este año celebró además su 60 aniversario.
La congregación fundada el 31 de marzo de 1957 por un grupo de vecinos de la ciudad en la calle Piedrabuena al 662 comenzó su obra con 13 miembros. El acta constitutiva dice textual: “en la ciudad de Río Grande, siendo las 16 horas, bajo la dirección del pastor Jorge Orlenco, se da inicio a la reunión de organización de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Tierra del Fuego”.
60 años después, la congregación hoy conocida como “Hay Vida en Jesús” reúne a más de dos mil personas todos los domingos. La tarea no se remite solamente a cuestiones religiosas, la sede local de la Universidad Siglo XXI funciona en las instalaciones de la Fundación Formar, replicando los efectos que tuvo el nacimiento del protestantismo en la época de Lutero: la educación.
El periodista y escritor Arturo Pérez Reverte detalla más esta vinculación en una entrevista, al explicar cómo los españoles “nos equivocamos de Dios” al elegir el camino de la contra reforma. Pérez Reverte dice: “estoy convencido que en España hemos tenido dos momentos donde perdimos el tren de la historia: en Trento por haber elegido un Dios diferente y en la guerra de la independencia, donde luchamos contra el enemigo equivocado”.
“Ese Dios oscuro y reaccionario con el que nos quedamos en Trento -y sus ministros- marcaron una sociedad” explica Pérez Reverte. Lo entrevista Iñaki Gabilondo, quien agrega “los que creyeron en el otro Dios aprendieron a leer porque tenían que leer la Biblia. Se alfabetizaron enseguida”.
“Eso nos hizo a críticos, cobardes, delatores, analfabetos, ruines, viles y envidiosos para tantas cosas” enumera Pérez Reverte en esa seguidilla de efectos positivos que la reforma protestante de Lutero había dejado en la perspectiva histórica de las sociedades.
Feriado para los protestantes
La legislatura de la provincia de Tierra del Fuego, en un proyecto presentado por la legisladora Boyadjián -profesa protestante y miembro de la congregación “Hay Vida en Jesús”- el pasado 14 de septiembre sancionó el “Día de la Reforma Protestante – Conmemoración del cumplimiento de su Quinto Centenario”.
En el artículo 2 de la norma aprobada por el cuerpo legislativo, autoriza “por única vez a los empleados y funcionarios públicos” en los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial) “que profesen los cultos protestantes o evangélicos disponer libremente del 31 de octubre de 2017 para poder asistir a las actividades que se realicen en conmemoración del quinto centenario de la reforma protestante”.
De igual manera y en el artículo 3, la disposición libre del día corre para “alumnos de nivel primario y secundario que desarrollen sus estudios en establecimientos educativos públicos con autorización de sus padres” con el mismo fin que el artículo anterior.
Provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba han sancionado recientemente normativas similares, además de otros países donde la misma se impone a nivel nacional. Y es que leer la Reforma Protestante solamente en términos de disputa religiosa y desentender el impacto social que produce la misma desde el uso de la imprenta como herramienta de divulgación hasta la alfabetización consecuente, es tener una visión sesgada de un acontecimiento que genera y seguirá generando movimientos fuertes en la historia de la provincia.
Pablo Riffo