La utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en el 61,1% en septiembre de 2018, lo que implica un desplome de 5,2% interanual, ya que el nivel registrado en el mismo mes del año anterior fue 66,3%. En comparación con el registro de agosto la caída general es de 2,9%, según datos difundidos por el INDEC.
El seguimiento de este indicador es un dato clave que funciona como termómetro de la economía. La capacidad instalada es el volumen máximo de producción que una empresa puede lograr durante un período de tiempo determinado, teniendo en cuenta todos los recursos que tienen disponibles, como equipamiento, instalaciones, recursos humanos, tecnología, experiencia/conocimientos. Un bajo uso de la capacidad instalada significa subutilización de la infraestructura y por ende mayor costo por unidad. En situaciones de recesión económica la capacidad instalada utilizada tiende a disminuir, aumentando la capacidad ociosa.
Los bloques sectoriales que presentan, niveles de utilización de la capacidad instalada inferiores a la media general son: productos alimenticios y bebidas (59,4%), productos de caucho y plástico (52,4%), edición e impresión (50,7%), productos textiles (49,1%), la industria metalmecánica excepto automotores (46,0%) y la industria automotriz (44,8%).
El organismo oficial destacó que, entre los sectores con mejor desempeño en el noveno mes del año se encuentran: industrias metálicas básicas (84,3%), refinación del petróleo (75,7%), productos minerales no metálicos (74,1%), papel y cartón (73,8%), productos del tabaco (66,5%) y sustancias y productos químicos (63,2%). Se trata de sectores que suelen tener un buen desempeño en medio de la caída generalizada de la economía, ya que son actividades fuertemente impulsadas por la actividad petrolera y la construcción motorizada por la obra pública
Luz Scarpati