Chiqui, un yaguareté de origen silvestre que fue rescatado cuando era cachorro, se despidió del Centro de Reintroducción en Iberá, Corrientes, para retornar a su hogar en el Refugio Faunístico Atinguy, de la Entidad Binacional Yaciretá Paraguay.
En el tiempo que permaneció en la Argentina hizo posible la procreación de Arami y Mbarete, los primeros cachorros de origen correntino en el Centro de Reintroducción de esta especie, en la isla de San Alonso, Parque Nacional Iberá.
Tras décadas de ausencia en la región el nacimiento se produjo el pasado 6 de junio de 2018.
Chiqui tiene nueve años de edad pero fue rescatado cuando era pequeño, luego que cazadores mataran a su madre en el Pantanal paraguayo. Gracias al trabajo colaborativo de gobiernos, instituciones y los pueblos de Paraguay y Argentina, el animal se unió al Centro de Reintroducción en préstamo reproductivo hace dos años.
Detrás de la causa proteccionista está The Conservation Land Trust (CLT), fundada por Doug y Kris Tompkins. Ayer en sus redes anunció: “Hoy, su legado promete el retorno del mayor felino de América a los esteros, donde su rol como predador tope es esencial para alcanzar un ecosistema saludable y próspero. La impronta de Chiqui permanecerá para siempre en este paisaje y sus cachorros, Arami y Mbarete, podrán vivir libres en el Parque Iberá”.
CLT está dedicada a la creación y/o expansión de parques nacionales o provinciales para asegurar la perpetuidad de los procesos ecológicos y la evolución con las máximas garantías posibles.
CLT también financia programas de protección de la vida silvestre, reintroducción de especies extintas, restauración de paisajes, y programas de desarrollo local, generalmente en el área del eco-turismo, agro-ecología y educación ambiental. Además CLT designa fondos y solventa la construcción de acceso público e infraestructura con el objetivo de preparar las áreas naturales para su donación a los gobiernos provinciales o nacionales.
Los valores que sustentan los programas de CLT están basados en una visión eco-céntrica del mundo, valorando intrínsecamente a los ecosistemas y las formas de vida que allí habitan, independientemente de la utilidad y el propósito de estos seres no humanos con respecto al ser humano.