No cometieron faltas a las medidas de bioseguridad. Ni rompieron ningún protocolo. Se acomodaron a la situación y plantaron casi cien árboles.

Cada familia en su casa. Saliendo solo para lo indispensable. La idea fue pasando de celular en celular y prendió.

Jimena, que es vecina y forma parte del Club de Campo, fue quien les hizo la propuesta a sus vecinos, y habló con los viveros de la localidad. Al mismo tiempo habló con el municipio, a quienes explicó que el club tiene la idea de fomentar la forestación pero que para ello necesitaba que se permitiera la actividad de los viveros.

La municipalidad incluyó a los viveros locales en el listado de actividades comerciales que pueden reiniciar la actividad, pero con servicio de delivery.

Los días de gestiones confluyeron en 4 jornadas de plantación de casi cien árboles en el barrio Los Calafateños I, viviendas que se ubican al sudoeste de la ciudad, en uno de los puntos extremos.

El barrio está integrado por 50 viviendas construidas por el Estado y adjudicadas en el 2015. “Es un barrio que al ser nuevo no está forestado, y la verdad que estaba bastante abandonado”. Comentó Jimena Ruiz.

Como es común ya en estos tiempos. Los vecinos armaron un grupo de Whatsapp donde se fueron poniendo de acuerdo en las formas.

Dos viveros de la ciudad les llevaron los arboles pedidos, mientras los vecinos pagaron los importes mediante transferencias. La familia que no podía pagar en el momento igual recibiría su árbol pudiendo pagarlo al mes siguiente.

Con días de sol y sin viento, las familias de cuarentena se dedicaron a plantar los árboles frente a su casa.

Jimena contó a EL ROMPEHIELOS que la actividad cumplió doble objetivo. Además de comenzar a forestar el barrio, la iniciativa entretuvo a chicos y grandes en días en los que se debe llamar a la creatividad para no sufrir las consecuencias de la cuarentena.

También detalló que la cuarentena no fue traba para la actividad, “queríamos poner una sola especie, pero para complacer a todos los vecinos, cada uno eligió la especie que quería. Estaría bueno que esto se haga en todos lados, en otros barrios y en cualquier ciudad del país y del mundo, porque estamos todos en cuarentena”, comentó la vecina.

Jimena también explicó que este tipo de actividades también hace bien a los niños, porque ayuda en su recreación, pero también les enseña el contacto con la tierra y la naturaleza.

La madre de familia también explicó que esto también debe ser un punto de partida para que los vecinos tomen conciencia sobre otros temas. “De nada nos sirve que tengamos un lindo jardín si afuera está lleno de basura”, indicó.

Ahora las familias esperan que lo mismo haga el barrio “Los Calafateños 2”, otras 50 viviendas que se ubican a pocas cuadras.

Por supuesto que algo le falta a la historia. No hay foto grupal.

Sergio Villegas

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