“Ningún suelo más querido”, es una sección que está compuesta por material audiovisual de EL ROMPEHIELOS, grabado en las Islas Malvinas, e historias destacadas de algunos protagonistas de nuestra historia.

Los días 11 y 12 de junio de 1982, tuvo lugar la batalla de Monte Longdon. Terminó en victoria para los ingleses, quienes obtuvieron una posición clave para el avance hacia Puerto Argentino.

Los días 13 y 14 subsiguientes, sobrevino el combate de Monte Tumbledown, ubicado cerca de la rada de la capital de las Islas Malvinas.

En el siguiente video se ven imágenes de estos dos montes, escenarios de las terribles batallas que precipitaron la rendición argentina.

Una misa de difuntos para un héroe que estaba vivo

En junio de 1982, los antiguos compañeros de colegio del Cabo Segundo Carlos Rafael Colemil hicieron que se rezara una misa de difuntos en su honor en su ciudad natal, en Neuquén.

Sus camaradas de armas dijeron que este soldado había sido abatido en la batalla de Monte Longdon, el enfrentamiento más sangriento de la guerra de Malvinas; lo habían visto tirado boca abajo sobre los coirones y las rocas, con sangre en la cabeza y en una de sus piernas, aparentemente sin respirar, y lo dieron por muerto.

¿Cómo se desempeñó Colemil en esta batalla?

La noche del 11 al 12 de junio se escuchó una explosión que arruinó el factor sorpresa y se llevó la pierna de un soldado inglés. Protegido por la noche, un grupo de élite de paracaidistas británicos entraba sigilosamente en un campo minado con la intención de tomar Monte Longdon, posición clave de la guarnición asentada en Puerto Argentino.

El enfrentamiento que se dio a continuación fue uno de los más cruentos que se vivió en Malvinas.

Durante 12 horas una compañía de 278 argentinos se enfrentó a un batallón de casi 600 ingleses. Unos pocos soldados argentinos detuvieron casi medio día el avance de una de las unidades más reputadas de Inglaterra.

Luego de la explosión, los argentinos comenzaron a disparar sus armas pesadas. En el medio del caos, bengalas de ambos bandos iluminaron el cielo para ver a lo lejos al enemigo. Pero el enemigo ya estaba encima.

Desalojaron a los argentinos hasta que se encontraron con dos contrincantes inesperados: las baterías de artillería que apoyaban desde lejos a los defensores y los disparos de los francotiradores.

El Cabo Segundo Carlos Rafael Colemil, Infante de Marina, en el medio de un infierno en el que había ingleses por todos lados, rodeado, aislado, tirado cuerpo a tierra entre las rocas, detuvo durante horas a toda una compañía británica. Si bien Colemil era operador de una MAG, fue con un FAL M-M2 con mira nocturna, que tomó de un caído, con el que abatió una gran cantidad de enemigos.

Casi a medianoche, Colemil sintió que algo húmedo y tibio bajaba por su cara y su cuello. Una bala le había atravesado el casco abriéndole el cuero cabelludo de la frente a la nuca. Sabiendo que si no combatía iba a terminar muerto, siguió disparando mientras sangraba.

En algunos momentos estuvo acompañado por los conscriptos Ferrandís y Cardozo que le vendaron de forma improvisada la cabeza.

Como a las 2 de la madrugada, Colemil se replegó hasta un puesto de comando.

No recuerda cuándo recibió un tiro en la pantorrilla.

Por la pérdida de sangre se fue quedando adormecido, casi inconsciente, boca abajo, aparentando estar muerto.

Pasadas las 6 de la mañana, y ya casi sin municiones, los mandos argentinos dieron la orden de retirada.

Cuando comenzó a amanecer, el sol iluminó un campo lleno de muertos y entre esos muertos había uno que respiraba.

A las 10, gente de Sanidad inglesa encontró a Colemil y lo llevaron en helicóptero al Hospital San Carlos donde le operaron la herida de la cabeza.

Por un tiempo fue dado por desaparecido y algunos soldados afirmaban que habían visto su cadáver.

Esa confusión hizo que sus seres queridos pidieran el santo oficio en su honor.

En la actualidad, Carlos Rafael Colemil está casado y tiene 3 hijos. Por su accionar en la batalla Monte Longdon, fue condecorado con la medalla al Heroico Valor en Combate.

Dicen los que lo conocen, que él no le da gran importancia a lo que hizo en esa larga noche de combate.

Texto: Fede Rodríguez
Imágenes aéreas: Ignacio Robayna
Música: Sebastián Bradley
Investigación: Francisco Fernández Arroyo

Este ciclo está compuesto por material audiovisual de EL ROMPEHIELOS, grabado en las Islas Malvinas, e historias destacadas de algunos protagonistas de nuestra historia.

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