El trabajo, del que participó un investigador del CONICET, evidencia cómo la forma de construcción de los nidos de una especie de hormiga cortadora muy común en Argentina representa una ventaja adaptativa en situaciones normales, pero se convierte en una desventaja ante el fuego.

La ventaja adaptativa de una especie biológica no solo se estima a partir del comportamiento de sus individuos, sino también a través de sus construcciones.

Por ejemplo, una telaraña mal diseñada, al capturar menos presas, afectará negativamente a la araña que la construyó. Las especies de hormigas cortadoras de hojas presentan dos grandes tipos de hormigueros: aquellos que poseen montículos externos construidos con material seco, y aquellos que no tienen montículo alguno.

La construcción de montículos externos representa una ventaja adaptativa para la especie, ya que permite una mejor regulación térmica del interior del nido, favoreciendo el cultivo interno de hongos del cual se alimentan sus larvas. Una reciente investigación coordinada por Alejandro Fraji Brener, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INBIOMA, CONICET-UNCo), publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B, examina cómo esta ventaja adaptativa puede convertirse en una desventaja en situaciones de incendio.

La investigación liderada por Laura Jofré de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Mónica de Torres Curth y Alejandro Farji Brener de INIBIOMA (CONICET – UNCo) analiza la dinámica poblacional de las dos especies de hormigas cortadoras más comunes en Argentina en situaciones pre y post fuego: Acromyrmex lobicornis, que construye nidos poco profundos con montículos externos, y la Amoimyrmex striatus, cuyos nidos se asientan en áreas de suelo desnudo, no presentan montículos y son más profundos con múltiples cámaras excavadas a varios metros de profundidadEstas hormigas constituyen un buen sistema para estudiar cómo los beneficios y costos de las construcciones animales pueden cambiar según el contexto.

Recolección de la información y hallazgos de la investigación

El área de trabajo fue en la reserva natural la localidad de La Florida (Provincia de San Luis) en donde ambas especies viven relativamente cerca una de la otra, hecho que les permitió comparar fácilmente el efecto del fuego sobre su supervivencia en un ambiente similar. Jofré, Torres Curth y Farji-Brener recolectaron información durante cuatro años sobre crecimiento, decrecimiento y mortalidad en un gran número de hormigueros de estas dos especies, que comparten varios rasgos ecológicos, pero difieren en la construcción de sus hormigueros. Con esta información, y mediante el uso de matrices, analizaron la tasa intrínseca de crecimiento poblacional en ambas especies, en situaciones pre y post incendio.

“En situaciones previas al incendio, A. lobicornis, la especie que construye montículos externos, presentó una mayor tasa de crecimiento que A. striatus. Esta mayor dominancia numérica confirma, en parte, la ventaja adaptativa que presentan los hormigueros con montículos externos. Sin embargo, en situaciones post fuego, la naturaleza altamente inflamable de los montículos externos hizo que esta especie sea la más perjudicada por los incendios”, indica Farji-Brener. Mientras A. lobicornis presentó un decrecimiento poblacional en situaciones de fuego cada dos años, la tasa de crecimiento poblacional de A striatus (que no construye montículos) no se vio afectada por el fuego.

“En otras palabras, la ocurrencia de incendios recurrentes revirtió la relación de dominancia numérica entre ambas especies”, sostiene el investigador.

Este trabajo ilustra un efecto indirecto del fuego hasta ahora poco estudiado: la reversión de la naturaleza adaptativa de ciertas construcciones que realizan las especies. “Dado el incremento en la ocurrencia de incendios debido a la interacción entre las perturbaciones de la actividad humana y el cambio climático, esta influencia podría ser mayor a la esperada, afectando fuertemente las relaciones de dominancia entre especies y modificando la estructura de las comunidades naturales”, concluye Farji-Brener.

Fuente: CONICET

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