Colin O’Brady, un aventurero estadounidense de 33 años, logró una histórica hazaña: cruzó la Antártida de punta a punta caminando, solo y sin ayuda.
O’Brady se convirtió en el primer hombre en lograr recorre los 1.600 kilómetros que tiene el continente de norte a sur en 54 días y sus fanáticos pudieron seguir sus movimientos por un GPS desde su sitio web y a través de sus redes sociales.
Se trata de una historia de superación ya que en el 2008, mientras estaba de viaje en Tailandia, sufrió un accidente en el que tuvo quemaduras tan graves en las piernas que los médicos le dijeron que no volvería a caminar con normalidad. Sin embargo, recuperó el caminar y propuso una competencia al ex marino británico Louis Rudd (49 años). Ambos partieron el 3 de noviembre desde el glaciar Unión, en la Antártida, para determinar quién lograría completar la hazaña en el continente helado.
Rudd aún no abandonó y también está cerca de cumplir la misión con uno o dos días de diferencia con respecto a su compañero. El 12 de diciembre, en el día 40 de su expedición, O’Brady llegó al polo sur, y este miércoles alcanzó la meta, en el punto Ross Ice Shelf del Océano Pacífico.

 

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Day 54: FINISH LINE!!! I did it! The Impossible First ✅. 32 hours and 30 minutes after leaving my last camp early Christmas morning, I covered the remaining ~80 miles in one continuous “Antarctica Ultramarathon” push to the finish line. The wooden post in the background of this picture marks the edge of the Ross Ice Shelf, where Antarctica’s land mass ends and the sea ice begins. As I pulled my sled over this invisible line, I accomplished my goal: to become the first person in history to traverse the continent of Antarctica coast to coast solo, unsupported and unaided. While the last 32 hours were some of the most challenging hours of my life, they have quite honestly been some of the best moments I have ever experienced. I was locked in a deep flow state the entire time, equally focused on the end goal, while allowing my mind to recount the profound lessons of this journey. I’m delirious writing this as I haven’t slept yet. There is so much to process and integrate and there will be many more posts to acknowledge the incredible group of people who supported this project. But for now, I want to simply recognize my #1 who I, of course, called immediately upon finishing. I burst into tears making this call. I was never alone out there. @jennabesaw you walked every step with me and guided me with your courage and strength. WE DID IT!! We turned our dream into reality and proved that The Impossible First is indeed possible. “It always seems impossible until it’s done.” – Nelson Mandela. #TheImpossibleFirst #BePossible

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Al finalizar la odisea expresó: “¡Día 54: ¡Lo hice! 32 horas y 30 minutos después de abandonar mi último campamento temprano en la mañana de Navidad, cubrí las 80 millas restantes en un tirón hasta la línea de metaEl poste de madera en el fondo de esta imagen marca el borde de la plataforma de hielo de Ross, donde termina la masa de la Antártida y comienza el hielo marino”, festejó el aventurero.
En esta ocasión, O’Brady y Rudd sólo utilizaron unos trineos llamados pulks, que pesaban unos 180 kilos y que fueron acarreados por ellos mismos. Allí llevaban su propia comida, su ropa, una carpa y otros accesorios de higiene personal.
Logró esta travesía en 54 días y sus fanáticos pudieron seguir sus movimientos por un GPS desde su sitio web y a través de sus redes sociales. Según relata el New York Times, O’Brady creció en Portland y fue parte del equipo de natación en la Universidad de Yale.
En el post de Instagram donde relata la osadía, O’Brady continúa:
Si bien las últimas 32 horas fueron algunas de las horas más difíciles de mi vida, honestamente, han sido algunos de los mejores momentos que he experimentado. Estuve atrapado en un estado de flujo profundo todo el tiempo, igualmente enfocado en el objetivo final, mientras permito que mi mente cuente las profundas lecciones de este viaje. Estoy delirante escribiendo esto ya que no he dormido todavía. Convertimos nuestro sueño en realidad y probamos que “The Impossible First” (como llamó a esta odisea) es realmente posible”, expresó conmovido y cerró con una cita de Nelson Mandela: “Siempre parece imposible hasta que se haga”.
Y si bien tenía destino de Juegos Olímpicos, prefirió continuar con las pruebas extremas y recorrió el Polo Norte, el Polo Sur y las siete cumbres más altas de cada continente.
Silvana Minué
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