La ONG Embajada Abierta, que conduce Jorge Argüello, emitió un informe en el que sintetiza las perspectivas económicas globales para este 2019. El panorama se presenta oscuro, ya que la mayoría de los pronósticos estiman una desaceleración aproximada al 0,3% en comparación con 2018. A pesar de esas perspectivas “la mayoría de las proyecciones tiende a descartar un escenario de recesión, las circunstancias podrían desmejorar ante ciertos focos de tensión política.”
Del documento se desprende que los principales motores del proceso de ralentización son: “el ajuste de las políticas monetarias y el fin de los efectos expansivos de las políticas fiscales en las economías centrales”. Por otro lado los anuncios de “normalización” de las políticas monetarias de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo “aportarían a la contracción del crédito en las economías centrales” y “el agotamiento de los efectos de los estímulos fiscales (principalmente de la reforma impositiva norteamericana) impactaría sobre los resultados empresariales, los indicadores financieros y la dinámica de la actividad en general”.
Estas variables se presentan en un contexto de volatilidad para el precio del petróleo, y los commodities en general y una posible escalada de la guerra comercial entre las dos principales potencias globales. Ese contexto completa el cuadro de incertidumbre y se presenta como un factor que podría complicar las cosas aún más.
¿Qué puede hacer Argentina para sortear este bondi de escala mundial? Poco o nada, ya que según Embajada Abierta: “En una economía que ha cedido una gran parte de su autonomía y capacidad de decisión, la definición de la estrategia a seguir dependerá en extremo no sólo del sostenimiento de las mejores condiciones económicas internacionales, sino también de la estrategia a definir por los representantes del Fondo Monetario Internacional”.
La desaceleración de la economía de los Estados Unidos aparece como una de las principales protagonistas de la baja en el ritmo de crecimiento mundial. Por otro parte en “Europa, los efectos del Brexit junto a la delicada situación económica y financiera de Italia, los problemas políticos en Francia y la desaceleración que experimentó en el último trimestre de 2018 la economía alemana”, explican las poco auspiciosas perspectivas de la región detalla el documento.
Y mientras tanto la reducción de crecimiento de China impacta en las economías latinoamericanas, en ese sentido “las proyecciones resultan poco alentadoras para la Argentina, Venezuela y México”, aunque se observa una luz de esperanza en la recuperación de Brasil.
En ese marco, el escenario financiero se torna auspicioso para las economías emergentes, aunque todavía frágil, debido a que “en tanto la moderación del crecimiento de las mayores economías del planeta se mantengan sin tornarse en recesión, los menores rendimientos financieros esperados en estos países tienden a incrementar el atractivo relativo de los países emergentes”.
Finalmente, Embajada Abierta sostiene que “las perspectivas económicas continúan siendo negativas para la economía local, que se mantiene extremadamente expuesta a los vaivenes internacionales y que en los próximos meses incorporará las tensiones propias que caracterizan al país en los años electorales”.
Luz Scarpati