En el marco del Día Mundial del Turismo, la organización chilena “Defendamos Patagonia”, realizó un informe demoledor comparando los números entre la industria del turismo y salmoneras en el país vecino.

Un reciente estudio en Chile dejó en evidencia los mitos vinculados a los beneficios de la salmonicultura y lo comparó con el turismo. Según dicho relevamiento, “en 2023, el turismo aportó el 3,3% directo al PIB, generando 619.660 empleos (6,8% del total nacional)”. Esto se traduce a $13.000 millones en divisas. “Considerando resultados totales, alcanza el 9,7% del PIB y 960.000 puestos”, casi diez veces más que las salmoneras, “y lo hizo impulsando conservación, diversidad cultural y equidad territorial”, explican.


Por otro lado, la industria salmonera chilena exportó “US$6.463 millones, equivalente al 2,1% del PIB. Generó más de 70.000 empleos”, pero arrastra denuncias graves. Esta industria enfrenta severas críticas por impactos ambientales como contaminación, ilegalidades, uso de antibióticos y escapes de peces, que cuestionan su real aporte”. En paralelo, sus impactos sobre fiordos y ecosistemas únicos ponen en jaque el futuro de la Patagonia chilena.

Siguiendo con el estudio, en 2024, mientras la salmonicultura exportó 782.076 toneladas de pescado a costa de la biodiversidad de fiordos como Comau, el turismo recibió 5,2 millones de visitantes extranjeros —un 40% más que el año anterior— generando empleo, bienestar y protección de los territorios. El estudio concluye en que “el turismo supera a la salmonera en aporte al PIB, empleo y generación de divisas, además el turismo impulsa desarrollo sostenible: promueve conservación, diversidad cultural y equidad regional, sin los riesgos ecológicos de la salmonicultura”.

¿Qué pasa en el lado argentino de la cordillera?

En 2019 se llevó a cabo un estudio similar para Tierra del Fuego del lado Argentino, proyectando el empleo y las ganancias para 6 puntos de cultivo a lo largo del Canal Beagle. En aquel entonces el análisis estimaba que “solamente se generarían 75 empleos directos, en su mayoría de carácter calificado por lo que probablemente un gran porcentaje se cubra con personal extranjero”. Dicho informe también determinaba que “Los impactos ambientales son incalculables. Significarían un costo muchísimo mayor en términos económicos pudiendo provocar grandes pérdidas a empresas y a otras actividades como el turismo, costos al estado e impactos al ecosistema y es improbable por otro lado, que al corto plazo la provincia pueda apropiarse de los beneficios de la industria”. 


Hasta el 2019 cuando se publicó el análisis, la industria del turismo aportaba el 15% del empleo privado registrado provincial y empleaba directamente a 7.200 personas e indirectamente a 16.500, siendo el efecto multiplicador desconocido. A diferencia de la industria salmonera, el turismo es una actividad que demanda mucha mano de obra de perfiles de calificación diversos y sobre todo locales. 

Considerando que el proyecto de Ley que pretende modificar la Ley 1.355 solamente permitiría desarrollar el cultivo en mar en la Costa Atlántica, resulta difícil poder proyectar un desarrollo de la industria que aporte ganancias significativas y puestos de trabajo, por la geografía propia del lugar, la amplitud de marea y la fuerza del oleaje, pudiendo en cambio potenciar otras actividades ya existentes. La comparación con el país chileno suele ser atractiva en términos de potencial, pero este estudio demuestra que aún con su extensión costera y sus miles de puntos ya establecidos, el turismo sigue siendo más relevante económicamente y con mucho menos impacto

Publicación del informe de Defendamos Patagonia

Fotos de Daniel Casado

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