Una pareja de Buenos Aires recorre el continente americano con una noble misión: plantar árboles en cada lugar que visitan dejando una huella verde en su recorrido.

Hace casi un año, en enero, llegaba a Ushuaia “Bellota”, la poderosa máquina Volkswagen modelo combi del año 1981 comandada por Maru y Mati, una pareja de Buenos Aires que desde noviembre de 2016 recorren América. Su destino: Alaska. Su misión: dejar un rastro verde a su paso.

Los viajeros como Maru y Mati se hacen a la ruta con un objetivo muy claro: entablar una relación profunda con el entorno. El salir de la zona de confort y enfrentarse a un mundo nuevo cada día, con sus desafíos y sorpresas es la característica principal de cualquier viaje como el de ellos. Valerse por sí mismos para resolver lo cotidiano, saldando las necesidades día a día con lo básico, permite vislumbrar cuáles son las cosas esenciales y cuáles son las necesidades inventadas por la sociedad en la que vivimos. Desde mi punto de vista, hay pocos estilos de vida más auto sostenibles que el de los viajeros que salen a recorren el mundo con casi nada en los bolsillos y el equipaje.

Maru y Mati cumplen un sueño largamente anhelado. Su “nave” fue adquirida especialmente para el viaje y acondicionada por ellos mismo. Su andar es lento, tranquilo, como una semilla que brota, pero su avance es constante y seguro de su destino, como un árbol que se estira para alcanzar el cielo. Este mes se cumple un año de viaje y la ruta los encuentra en Mendoza, habiendo recorrido ya 23.000 kilómetros de suelo americano. Su viaje los llevó desde Buenos Aires a Ushuaia, desde allí delinearon la cordillera patagónica visitando también el país vecino de Chile.

La idea original, según cuentan los protagonistas, fue la de recorrer América plantando árboles, colaborando con la reforestaciones y actividades del estilo que fueran encontrando. “Este sueño que ambos teníamos antes de conocernos, de recorrer el continente llevando semillas para ir plantando árboles en cada lugar que visitáramos, se fortaleció cuando nos conocimos y empezamos a estar juntos”, comentó Maru a la prensa de Ushuaia en ocasión de su paso por nuestra ciudad, allá por enero. “Nos vamos a sumar a las campañas de forestación que existen en todos los lugares que conozcamos, porque ese es nuestro mensaje: la semilla que vuela y deja su huella en la tierra”. Con el tiempo y los kilómetros se fueron sumando actividades y metas, convirtiendo al viaje en una cruzada solidaria. “Donde podemos sumar y contribuir, lo hacemos”, comentó Maru, haciendo referencia a su ayuda en colectas para zonas inundadas o la recolección de tapitas para hospitales. También tienen el proyecto de lectura e intercambio de libros y hasta realizan talleres de reciclajes en escuelas y recolectan útiles escolares para donarlos a escuelas rurales de todo el continente. “Tener la posibilidad de cumplir un sueño tan grande, con trabajo y alegría, es algo maravilloso que todos deberíamos experimentar

El viaje de Maru y Mati es una aventura de solidaridad y de cuidado de nuestro planeta. Es el transcurrir de un sueño en cuatro ruedas, viviendo el día a día con una sonrisa, en busca de nuevos amigos a los que ellos llegan a considerar “su familia”. A un año de travesía aún quedan muchas rutas e historias por delante, recorriendo un camino de compromiso con el planeta, la sociedad y, por sobre todas las cosas, con los propios sueños.

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Abel Sberna

 

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