El tema central que hoy se discute en el parlamento fueguino es el proyecto de presupuesto para el ejercicio 2019 que envió el Poder Ejecutivo. Durante todo noviembre y la primera quincena desfilarán por los pasillos del edificio de San Martín 1431, funcionarios de las diferentes áreas del Gobierno para dar cuenta de los recursos erogados durante 2018 y sus proyecciones para el siguiente ejercicio. Con más o menos polémica Papa Noel llegará con un presupuesto bajo el brazo con moñito y todo.

Una de las grandes discusiones que quedará inconclusa -otra vez- será la que tiene que ver con la pomposa reforma política, que llenó de discursos y expositores la agenda fueguina durante los primeros meses del año, pero ahora pierde vigencia y atractivo mientras que se avecina un nuevo proceso electoral. En abril -lejos y hace tiempo- las y los parlamentarios de la atomizada Legislatura anunciaron la apertura del debate sobre es tema. Los proyectos arriba de la mesa de la Comisión N°1 de Legislación General -que preside Myriam Martinez (FPV-PJ)- son variados y afectan diferentes aspectos de la ley electoral, de la ley de partidos políticos e incluso algunos prevén la modificación de la Constitución provincial. Implementación de las primarias abiertas, boleta única electrónica, reforma de la ley de partidos políticos, incluso paridad de género, son algunas de las iniciativas que probablemente queden fuera de agenda de la perezosa Comisión 1.

Sin polemizar sobre los proyectos en particular, vale la pena recordar que la configuración de nuestro actual sistema electoral beneficia -con absoluta claridad- a los partidos políticos dominantes de Tierra del Fuego AIAS y que son -consecuentemente- los espacios que ocupan hoy las bancas en la Cámara Legislativa fueguina, por lo que está en sus manos la posibilidad de mejorar la vida democrática de la Provincia o de profundizar escenarios electorales que restrinjan, todavía más, el acceso a los partidos de las minorías.

En ese sentido, más allá que el sistema electoral fueguino, nunca fue cuestionado por su transparencia o robustez, la falta de representatividad política, por lo menos -y justamente- en el parlamento es evidente. El voto en blanco ha ido creciendo con el tiempo y en las últimas elecciones provinciales fue la fuerza más votada para el estamento a legisladores. Las tres fuerzas que hoy ocupan las bancas recibieron, en conjunto, el 30 por ciento de los votos, lo que despierta algunas dudas sobre la legitimidad democrática, independientemente de la solidez jurídica del proceso electoral. Es válido preguntarnos por la “calidad” de los candidatos, aunque no podemos decir que hubo pocos, ya que se presentaron más de 20 listas, lo que evidencia que una oferta electoral sobredimensionada no garantiza una composición legislativa plural y diversa. Todo lo contrario, hoy tenemos un parlamento atomizado, dominado por tres partidos hegemónicos.

Dos de los proyectos en particular busca garantizar la paridad de género en la Cámara Legislativa. Uno fue presentando por el bloque oficialista que cuenta con mayoría propia y el otro por el bloque UCR-Cambiemos. A lo largo de estos casi 3 años, ambos espacios lograron acuerdos para avanzar en diferentes ejes que les resultaban de gran interés. Hay un escenario nacional que puso la representación equitativa de mujeres y hombres en la agenda de muchas provincias desde la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados ¿Será el turno de Tierra del Fuego AIAS de sumarse a ese nuevo paradigma? ó ¿La Comisión N°1 seguirá planchando una iniciativa que pareciera contar con el acompañamiento mayoritario de los bloques?¿O será que el acompañamiento es sólo de las puertas hacia afuera?

Luz Scarpati

Deja tu comentario