El vertiginoso desarrollo de los rascacielos en Miami se ha encontrado con un enemigo imprevisto: el huracán Irma y sus vientos de 250 kilómetros por hora.

Las autoridades han advertido de que al menos 25 grúas que surcan los cielos de la ciudad podrían llegar a desplomarse convirtiéndose en proyectiles contra los edificios vecinos en las lujosas zonas de Downtown y Brickell, pulmones empresariales de la ciudad.

Las grúas de los rascacielos suelen estar preparadas para vientos de unos 230 kilómetros por hora y se prevé que el súper tifón Irma rompa esa barrera.

Las autoridades han admitido que las estructuras podrían no soportar la embestida.

Toda la zona donde están las 25 grúas, expuesta además al desborde del mar, han recibido orden de evacuación -aunque vecinos como Castañeda han decidido quedarse-. El ingeniero de Miami Sergio Purrinos explicaba que los vientos que traerá Irma estarán al borde del límite de aguante de las grúas pero confiaba en que no pasase nada.

Le preocupaban más los materiales de construcción abandonados y la cantidad de edificios acristalados que podrían ser reventados por los vientos sostenidos. “Pero un huracán como Irma puede ser un problemón para cualquier clase de estructura”, decía.

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