El ministro de Economía, Sergio Massa, analizó con el gobernador reelecto de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, un proyecto de hidrógeno verde para generar energía en la provincia.

“Con Gustavo Melella, enorme ganador de Tierra del Fuego, trabajando en un proyecto de hidrógeno verde para generar la propuesta de energía verde más austral del mundo”, publicó Massa en su cuenta de Twitter.

El domingo pasado Melella se impuso con amplia ventaja en las elecciones de la provincia, al alcanzar el 51,38% de los votos, un nivel que le aseguró la reelección sin necesidad de balotaje.

Melella superó así el apoyo logrado en 2019, cuando llegó a la gobernación por primera vez, venciendo a su antecesora en el cargo, la exgobernadora Rosana Bertone, con 50,9% de sufragios.

El hidrógeno verde es considerado como “el combustible del futuro” y es generado mediante electrólisis a partir de energías renovables como la solar y la eólica, en las que Argentina tiene un gran potencial para desarrollar proveedores competitivos y crear nuevos empleos.

El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta y no es considerada una fuente energética en si misma, sino un vector energético, ya que almacena energías generadas por otras fuentes de manera tal que posteriormente pueda ser posteriormente liberada en sistemas ya conocidos.

El proceso de producción de hidrógeno verde requiere contar con tres variables ineludibles y abundantes, ya que demanda viento o luz solar para la generación eléctrica renovable que se aplica al proceso de electrólisis; agua para separar el hidrógeno del oxígeno y una locación para instalar generadores eólicos o paneles solares.

En la actualidad, la generación de hidrógeno se realiza a partir de otras fuentes que motivan distintas definiciones según la fuente original: así puede ser a partir de petróleo o carbón (hidrógeno negro); de gas natural (hidrógeno gris); o a partir de gas pero con tecnología de captura y almacenamiento de carbono (hidrógeno azul).

El proceso denominado electrólisis utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se podría producir el hidrógeno sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

El hidrógeno verde surge así como una de las soluciones tecnológicamente más desarrolladas para “descarbonizar” sectores difíciles de electrificar, como el transporte marítimo de larga distancia, la aviación y las industrias pesadas.

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