Avanza en el desarrollo de un mamógrafo que funcionará con luz infrarroja inocua.
En 2017, Nicolás Carbone, doctor en física e investigador del CONICET, presentó hallazgos que podrían revolucionar la detección temprana del cáncer de mama. Sus investigaciones apuntaban a reemplazar los rayos X, utilizados en las mamografías tradicionales, por luz infrarroja (IR), una tecnología inocua y no invasiva. Este avance no solo prometía un diagnóstico más seguro y cómodo, sino también más accesible para millones de mujeres.
Estos estudios derivaron en la creación de Bionirs, una Empresa de Base Tecnológica (EBT) del CONICET que desarrolla tecnologías biomédicas innovadoras basadas en luz infrarroja. Actualmente, la compañía está trabajando en MamoRef, un mamógrafo que utiliza luz roja e infrarroja para obtener imágenes de tejidos humanos sin compresión dolorosa ni radiación. Además, promete reducir el número de biopsias innecesarias al ofrecer información metabólica precisa sobre la malignidad de una lesión.
Un cambio necesario en el diagnóstico del cáncer de mama
“El cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres en algún momento de su vida. Cerca del 30% de las pacientes llega al consultorio con la enfermedad en estado avanzado”, señala Carbone. La mamografía tradicional, basada en rayos X, aunque efectiva, presenta limitaciones en la clasificación de malignidades y suele generar falsos positivos que llevan a biopsias innecesarias y un gran impacto emocional y económico.
MamoRef busca superar estas barreras con un sistema no invasivo que permitirá diagnósticos más precisos y seguimientos más efectivos. “Queremos simplificar el proceso y ayudar a resolver esta problemática con una tecnología rápida, accesible y sin dolor”, explica el investigador.
La creación de Bionirs: de la idea a la innovación
El desarrollo de Bionirs comenzó en 2017, cuando Carbone y un equipo multidisciplinario del CONICET participaron en concursos de innovación como Prendete e IB50k. Estas experiencias no solo validaron su proyecto, sino que les permitieron captar el interés del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social del Grupo Sancor (CITES). En 2019, esta alianza impulsó la creación formal de la empresa.
Desde entonces, Bionirs ha avanzado en la construcción de prototipos y en la validación clínica de MamoRef. Las primeras pruebas realizadas en Mar del Plata han arrojado resultados prometedores, y ahora se están expandiendo a nuevos centros médicos en Bariloche.
Una tecnología disruptiva con impacto global
A diferencia de los métodos tradicionales, MamoRef busca reducir significativamente las barreras para el diagnóstico y seguimiento del cáncer de mama. Esto incluye costos más bajos, ausencia de dolor y la posibilidad de evaluar en tiempo real la respuesta de un tumor a los tratamientos.
“Además de abordar un problema médico global, nuestro proyecto tiene como objetivo democratizar el acceso a la tecnología. Queremos que sea una herramienta viable para todo el sistema de salud, desde los grandes centros urbanos hasta las localidades más pequeñas”, afirma Carbone.
Hacia el futuro: nuevos horizontes
Mientras avanza en la validación de MamoRef, Bionirs ya explora otras aplicaciones de la luz infrarroja en medicina, como el análisis funcional de la corteza cerebral y la evaluación de injertos de piel. “Estos desarrollos aún están en etapa de investigación, pero podrían convertirse en nuevos pilares para la empresa en el futuro”, adelanta Carbone.
Con el respaldo del CONICET y de CITES, y con la mirada puesta en la transferencia tecnológica, Bionirs aspira a posicionarse como un referente en la innovación biomédica, llevando la ciencia argentina al mundo y, lo más importante, mejorando la vida de miles de pacientes.
Fuente: CONICET