Los pueblos originarios fueguinos a quienes pertenecen los casi 400 objetos encontrados en museos de Austria por investigadoras del Conicet poseen una “larga historia” de “entre 8 mil y 10 mil años” de antigüedad en la isla de Tierra del Fuego, según demuestran los registros arqueológicos hallados sobre estas comunidades.

Los selk’nam, también conocidos como onas, tenían su territorio en el centro y norte de la isla y “tradicionalmente tuvieron un modo de vida cazador recolector, con movilidad pedestre (es decir que se movían caminando de un lugar a otro) y alimentación derivada de la caza del guanaco, otros animales más pequeños y vegetales en menor medida”, explicó a Télam Danae Fiore, doctora en arqueología y una de las responsables del descubrimiento de las piezas en Europa.

Los selk’nam tenían un uso de la tecnología “muy desarrollada en artefactos líticos (o de piedra) que usaban para cortar, raspar y cazar, actividad para la que se valían de arcos y flechas”, agregó la especialista.

En la actualidad, los onas integran la comunidad “Rafaela Ishton” que los representa como pueblo vivo en territorio argentino.

Por su parte los yaganes, o yámanas, tenían como territorio ancestral el sur de la Isla de Tierra del Fuego, sobre la costa del canal Beagle y hasta el Cabo de Hornos (al sur) y la Isla de los Estados (al este).

Su modo de vida también era el de cazadores recolectores, aunque le agregaban la pesca.

“Las evidencias arqueológicas y etnográficas demuestran que se valían de recursos marinos. Cazaban lobos marinos desde canoas o desde la costa, utilizando arpones. Consumían gran cantidad de peces, moluscos y aves, es decir que tenían numerosos recursos a disposición”, detalló Fiore.

En cuanto a su tecnología también estaba basada en la piedra, con la que fabricaban puntas de lanzas y flechas, aunque también “usaban los huesos de los animales cazados como materia prima para construir o fabricar un conjunto grande de instrumentos, como puntas de arpón, punzones para hacer cestas y cuñas para separar la corteza de los arboles y construir canoas. Porque se movían a pie y en canoas, con las que se desplazaban entre las islas”, precisó la experta del Conicet.

A su vez, utilizaban una gran cantidad de pigmentos para la realización de pinturas corporales (usadas en rituales y ceremonias) y para realizar diseños sobre maderas.

Las comunidades yaganes tienen presencia activa tanto en Argentina como en Chile.

Los kawésqar, también conocidos como alacalufes, eran también canoeros y vecinos de los yaganes, ya que habitaban el centro oeste y sur de la isla fueguina, por lo que actualmente solo existen comunidades activas en Chile.

Se caracterizaban por la caza de lobos marinos, aves y peces, y también usaban arpones, aunque tenían diferencias notables con los yámanas, especialmente el lenguaje que era completamente distinto y la “ornamentación corporal”.

“Son sociedades fueguinas que interactuaban pero cada una con su propia idiosincrasia”, concluyó la integrante de la Asociación de Investigaciones Antropológicas (AIA) con sede en la ciudad de Buenos Aires.

Fuente: Agenca Télam

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