En El Calafate, una pareja de artistas convirtió su casa en taller y su oficio en una forma de resistencia. Ella se llama Irupé, él Gabrielo, y juntos crearon Líquenes, una editorial artesanal que combina arte, escritura y territorio.

El proyecto nació en 2023, cuando editaron su primer fanzine. Desde entonces, entre papeles teñidos con yerba mate, calafate y cebolla, fueron construyendo un catálogo que promueve el patrimonio cultural patagónico. “Iniciamos publicando nuestros propios fanzines, con ilustraciones sobre la Patagonia. Después empezamos a publicar autores del sur, como Verónica Lamberti y Lucila Carrizo”, cuenta Irupé.
“La vida en la Patagonia es más lenta, más tranquila. Encontré paz mental, básicamente”, dice, mientras repasa los motivos que la llevaron a dejar Buenos Aires y radicarse en El Calafate junto a su compañero, oriundo de Río Gallegos. Esta semana, fue la parada obligada para todos los que gustan de la edición artesanal de textos, en la 31 Feria Provincial del Libro en Río Gallegos.

Gabrielo es artista visual, grabador y escritor. “Mi compañera es la ilustradora y encuadernadora. Yo hago el diseño editorial, las ilustraciones y escribo. Arrancamos con autopublicaciones porque se nos hacía muy difícil editar en grandes sellos. Hoy hacemos libros accesibles, hechos a mano, para que la literatura también sea parte del pueblo”, explica.
“Nuestra intención, además de compartir el patrimonio a través de las ilustraciones, es que cada libro sea un objeto en sí”, agrega Irupé.
Cada ejemplar es único y se elabora artesanalmente con mucha paciencia; papeles teñidos con tintes naturales, flores estampadas, costuras a mano y diseños cuidados. En su taller-casa, imprimen, cosen y encuadernan tiradas pequeñas, entre 20 y 100 ejemplares, según la obra. “Todo lo hacemos nosotros. Desde la impresión hasta la costura. Algunos libros nos llevan meses, incluso un año entero de trabajo”, detalla Gabrielo.
El proceso es lento, meticuloso y artesanal. “No compramos papeles teñidos en masa. Yo misma creo los tintes naturales y tiño los papeles. Empecé con yerba mate y seguí con frutos de calafate, cáscaras de cebolla, carozo de palta”, dice Irupé. “En un mundo acelerado, estas prácticas te bajan a tierra. Me enseñan a practicar la paciencia.”


Además de sus propias obras, Líquenes publica a otros autores y artistas. En la última Feria del Libro presentaron El lado frío de la cama, de Lucila Carrizo, con ilustraciones de Gabrielo y estampas botánicas de Irupé. También tienen títulos como En caso de emergencia emocional, pensado para acompañar momentos difíciles, Protectores de la magia, un cuento infantil con su propia varita de bolsillo, y Amasando identidad, sobre el uso de arcillas santacruceñas.
“Nos gusta que en cada publicación haya un tesoro patagónico. Viajamos por el país y llevamos un pedacito de la Patagonia a cada feria. Es emocionante cuando alguien del sur se acerca y ve un guanaco o una loica en nuestra mesa. Es como traerle un refugio”, dice Gabrielo.
El proyecto creció sin perder su espíritu inicial: el arte como resistencia y ternura. “Es una suerte encontrarse con más gente que piense parecido. Por eso son tan necesarias las ferias del libro, esos espacios donde compartimos saberes y experiencias”, reflexiona Irupé.
Y cuando intenta definir qué es Líquenes, lo dice sin dudar. “Un proyecto de amor, de ternura.”