Fueron varios los capitanes y oficiales de puente que manifestaron malestar por decisiones de último momento. Debieron movilizarse de manera imprevista.
La temporada actual de pesca de langostino en aguas nacionales ha expuesto las dificultades que enfrentan los pescadores. Muchos se encuentran en una situación de constante dilema entre continuar con la ardua tarea de la pesca o regresar a puerto. En este contexto, la situación de la merluza añade otra capa de complejidad. Desde noviembre, el precio de la merluza en boca de bodega ha permanecido en $750 por kilogramo, sin cambios a pesar de un contexto inflacionario anual del 93% entre enero y septiembre y un ajuste del 15% en el tipo de cambio oficial. La presión de precios y la falta de demanda afectan particularmente a la flota fresquera merlucera de altura, actualmente centrada en la zafra del langostino. Si la flota decide replegarse a puerto en Mar del Plata, una sobreoferta de merluza podría empeorar la situación del mercado.
En los últimos días, los capitanes han intensificado sus esfuerzos para encontrar zonas con ecoicas que les permitan avanzar en la pesca de langostino, moviéndose hacia el noroeste, en dirección a la subárea 6. Este sector es clave, ya que es el punto de ingreso del recurso que sostiene a la flota que opera en estas aguas provinciales a partir de noviembre. No obstante, las condiciones siguen siendo desafiantes.
La administración de la pesca de langostino involucra un delicado equilibrio entre biología, regulación y operaciones de diversas flotas, empresas y localidades. La demanda internacional baja y los precios reducidos, junto con la creciente estructura de costos, incluidos los del combustible, complican aún más la situación.
En medio de este panorama, la Prefectura Naval Argentina emitió un comunicado radial indicando que, por decisión de la Armada Argentina, se debían despejar áreas de pesca para realizar ejercicios de tiro, desde latitud 40º30’S hasta 42º00’S y longitud desde 60º00’W hasta 62º00’W. Esta zona había estado ofreciendo rendimientos superiores a los 15,000 kilogramos diarios de langostino. Los pescadores, que habían encontrado una concentración significativa de langostino cerca del paralelo 42º47’S 61º30’W, tuvieron que abandonar el área tras recibir instrucciones adicionales para alejarse hasta el paralelo 43º00’S.
Los capitanes y oficiales de puente expresaron su desconcierto ante la medida, calificándola como inoportuna, debido a que coincidía con un período de buenas capturas. Argumentaron que el área designada para los ejercicios de tiro es amplia y podría evitarse interferir con las operaciones pesqueras en zonas comerciales. Además, manifestaron su frustración por la falta de consideración hacia los trabajadores que llevan a cabo operaciones en el mar bajo condiciones adversas.
La situación ilustra los desafíos y tensiones a los que se enfrenta la flota pesquera en su esfuerzo por mantener la rentabilidad y asegurar la continuidad de su actividad en un entorno regulatorio y de mercado incierto.
Fuente: Con información de PESCARE