La actual conformación del Concejo Deliberante de Ushuaia carece de presencia femenina. Este hecho pareciera ser responsabilidad de las propias mujeres, ya que según entiende el concejal del PJ, Juan Carlos Pino, la paridad de género está garantizada a través de la Carta Orgánica Municipal, argumento que utilizó para rechazar todos los proyectos que hay hoy en el cuerpo que buscan generar modificaciones tanto a la carta magna como la ordenanza electoral, a fin de que situaciones como las que atraviesa hoy el concejo no se repitan.
Diferentes espacios integrados por mujeres comenzaron a cuestionar esta realidad. Organizaciones feministas, partidos políticos y espacios sindicales presentaron un proyecto en el Concejo Deliberante, a través del mecanismo de Iniciativa Popular, que busca modificar la ordenanza electoral que regula el sistema de preferencias y subsumirlo a la paridad de género, que paradójicamente está incorporada en la Carga Orgánica Municipal, sancionada en el 2002.
¿Cómo es posible que no haya mujeres en el concejo, si el Artículo Nº 218 de la Carta Magna establece la paridad de género? Justamente porque habla de paridad en las listas, pero nada dice de las bancas. Después de cada acto eleccionario, a través de diferentes formas de ponderación, se asignan las bancas en función de lo que dictamine la ingeniería legal de cada jurisdicción. En el caso particular de Ushuaia, el sistema electoral prevé la utilización de las “preferencias” en su Artículo Nº 2578, como una manera de alterar el orden de las listas. La normativa trata -pero claramente no garantiza- de reflejar lo mejor posible la voluntad del electorado en la conformación de cada organismo cuya integración depende del voto popular. Es interesante recordar esto, sobre todo cuando algunos defensores acérrimos de este esquema electoral municipal insisten en que fue la voluntad del pueblo la que dejó afuera del Concejo Deliberante a las mujeres en las elecciones que se llevaron adelante durante el 2015. El pueblo le dio muchos más votos y más preferencias a la candidata por el FPV Noelia Trentino que a Silvio Bocchicchio (hoy ECOS), Gastón Ayala (MPF) y Tomás Bertotto (PRO). ¿Qué dejó afuera a Trentino? La ingeniería legal.
El Movimiento de Mujeres presentó un proyecto para modificar esta ingeniería legal. Quien también lo hizo fue el concejal Silvio Bocchicchio. La diferencia entre uno y otro radica en que el primero propone una modificación a la Ordenanza Electoral Nº2578 y el segundo una enmienda a la Carta Orgánica Municipal. El problema con este último radica en dos aspectos: en primer término, el mecanismo para la enmienda en un poco más dificultoso que la modificación de una ordenanza, y en segundo término -y tal vez más crucial- la herramienta de “las preferencias” está muy arraigada en la sociedad, por lo que es dificultoso que los vecinos y vecinas de Ushuaia se hagan eco de una propuesta que les elimine esta posibilidad, aunque sean muy pocos quienes la usen. El concejal Hugo Romero también presentó un proyecto, el mismo que el del movimiento de mujeres.
Las prácticas de la política también son machistas. El lunes pasado, sobre la hora, fueron avisadas las integrantes del movimiento de mujeres que se le daría tratamiento a su proyecto. Por dictamen de mayoría fueron rechazadas todas las iniciativas. Aunque el edil Juan Manuel Romano (UCR) no descartó la posibilidad de pedir en la próxima sesión que el cuerpo se conforme en comisión para volver a tratar el asunto.
Es llamativo cómo esta conformación del Concejo Deliberante plenamente masculina pasó casi sin rechazos judiciales o mediáticos, cuando fue notoria la impugnación que el Juez Federal Electoral santafesino Reinaldo Rodríguez ratificó sobre la lista de Ciudad Futura por estar integrada en su totalidad por mujeres. Las reglas son escritas por hombres y aplicadas por ellos. Esto es evidente.
Luz Scarpati
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