Adriana y Luisina son dos jóvenes aventureras que llevan más de un año recorriendo el país a bordo de un Citroën 3cv modelo 71. En su camino brindan talleres de elaboración de papel reciclado y encuadernación. Ya unieron La Quiaca con Ushuaia, pero su viaje continúa.

Las historias de viajeros por lo general son historias inspiradoras de personas que dejan todo atrás y se hacen al camino con lo que pueden llevar en una mochila o en el baúl de un auto. De estos viajes surgen aprendizajes y descubrimientos y en la interacción del viajero con los lugares que va conociendo se da un intercambio enriquecedor que aporta granitos de arena cultural a lo largo del camino. La historia de Adriana y Luisina y su Citroën 3cv llamado “Kururu” es una de esas, en la que dos personas se hacen a la ruta para descubrir, aprender y compartir.

El viaje comenzó allá por marzo del 2017, partiendo desde Entre Ríos con el sueño de recorrer el país compartiendo la cultura de quienes habitan cada rincón del territorio y aprendiendo los secretos y sabidurías de la tierra. Las tripulantes de este viaje son Adriana, percusionista de 34 años oriunda de La Paz y radicada en Paraná, y Luisina, diseñadora gráfica de 32 años nacida en Paraná. La nave es “Kururu” (sapo en guaraní), un antiguo pero fiel Citroën que lleva recorrido gran parte de la Argentina y continúa rodando. “El viaje nació de una inquietud compartida de querer recorrer el país y conocer distintas provincias. Durante dos años estuvimos preparando el auto y planificando a dónde íbamos a ir”, comenta Lusina. “Al principio no sabíamos muy bien por dónde iríamos. Fuimos a Córdoba, cruzamos a La Rioja y al llegar a La Quiaca dijimos: Ya que estamos acá, tenemos que llegar hasta Ushuaia”, cuenta Adriana. “Desde allí bajamos por el lado oeste de Salta, empezamos a tomar la ruta 40 y luego hacia abajo por San Juan, Mendoza, Neuquén, Chubut, Río Negro y Santa Cruz”, explica Luisina. Días más tarde, en marzo de 2018, las viajeras llegarían a la ciudad más austral del mundo, Ushuaia. “La idea es terminar de recorrer lo que nos falta, como Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero”.

Pero este viaje no se trata solo de recorrer el país. Luisina y Adriana comparten saberes a lo largo del camino. En los distintos lugares que visitan llevan adelante talleres de elaboración de papel reciclado, encuadernación y diseño editorial. Además de ganarse el sustento que les permite continuar el viaje, estas mujeres colaboran con la creación de conciencia sustentable y aprovechamiento de recursos en los más jóvenes. “En el camino vamos dando los talleres en cualquier espacio que esté abierto y en base a esto elegimos los lugares donde paramos. Muchas veces vistamos las radios y la gente que nos escucha nos contacta. Hemos ido a centros culturales, bibliotecas, escuelas, y hasta los hemos desarrollado en casas particulares y en cooperativas de trabajo”, explica Luisina.

Más allá de todo, quizá lo más enriquecedor del viaje es el vínculo que construyen con la gente de los lugares que visitan. Entrar en contacto con los lugareños, aprender sus costumbres y conocer su idiosincrasia abre las puertas al conocimiento de otras realidades que conforman nuestro país, las cuales muchas veces son completamente distintas a las que estamos habituados.

No hemos hecho un balance aún de nuestro viaje hasta ahora, pero sentimos una felicidad inmensa por haber cumplido una meta. Era lo que anhelábamos desde que lo pensamos, pero antes de partir una no sabe si el auto va a responder o con qué se va a encontrar. Estamos súper contentas con los paisajes que hemos podido apreciar, con la gente que hemos conocido en el camino, y también con la de Paraná y la de La Paz que constantemente nos están alentando”, concluyó Luisina, con la mirada puesta en el próximo destino de Kururu y sus tripulantes.

 

Abel Sberna
Fuente: www.unoentrerios.com.ar

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