Se trata del pichiciego, un animal que habita en Sudamérica y del cual no se conoce mucho. El hallazgo fue realizado por científicos del CONICET y se trata de un fósil de alrededor de 9 millones de años.

Sudamérica es una territorio que se destaca por su abundante biodiversidad. Innumerables especies animales y vegetales habitan la región y muchas de ellas tienen características que las hacen muy particulares, como es el caso del pichiciego, el armadillo más pequeño del mundo, el cual solo habita en algunos países de América del Sur, incluida la Argentina. Este pequeño animal que solo alcanza a medir unos 10 centímetros, tiene hábitos muy esquivos, lo que hace difícil su observación. Es por ello que es poco lo que se conoce sobre sus características biológicas.

Hace 30 años, en la provincia de Bueno Aires, fueron hallados restos fósiles de alrededor de 9 millones de años de antigüedad, pero no fue hasta el año pasado que un grupo de paleontólogos lograron determinar a que animal pertenecen. Ahora sabemos que se trata del primer registro fósil del Chlamyphractus dimartinoi, y su descubrimiento permitirá conocer detalles de la evolución de este pequeño armadillo sudamericano.

Para Daniel Barasoain, becario doctoral de CONICET y autor principal del trabajo explicó que “haber encontrado este fósil equivale a hallar una aguja en un pajar”. Barasoain realizó el descubrimiento mientras estudiaba materiales relacionados a su tema de tesis. El becario dio con estos restos que permanecían en el Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso desde la década de los 70. Barasoain, en conjunto con la investigadora y experta en armadillos Mariella Superina, pudieron confirmar que estaban frente al primer registro fósil de este pequeño animal, del que todavía se desconocen múltiples aspectos vinculados a su hábitat y a su reproducción.

Este descubrimiento nos permite empezar a conocer a estos animales tan raros con mayor profundidad. A partir de ahora, vamos a poder ver cómo ha sido su historia evolutiva, que es muy curiosa ya que está totalmente presionada por sus hábitos subterráneos. Eso ha condicionado una serie de morfologías y estructuras muy derivadas que son únicas en el mundo”, explicó Barasoain.

En la actualidad existen dos especies de pichiciego, el Chlamyphorus truncatus, que es endémico de Argentina, y el Calyptophractus retusus, cuya distribución también incluye a Paraguay y Bolivia. El Chlamyphorus truncatus es un animal de hábitos nocturnos que pasa casi toda su vida excavando bajo tierra. Un caparazón rosado cubre su suave pelo blanco. Este pequeño animal se alimenta de invertebrados y plantas, y se deja ver en la superficie en muy raras ocasiones. Y además, es muy susceptible al estrés y no tolera muy bien los encuentros con humanos. La insuficiente cantidad de datos existentes sobre este animal no permite saber a ciencia cierta cual es el estado de conservación de las especies de pichiciego.

Abel Sberna

Fuente: conicet.gov.ar

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