Finalmente el Superior Tribunal de Justicia (STJ) emitió sentencia en relación con la causa que inició el Movimiento De Mujeres para garantizar la paridad de género en el Concejo Deliberante. Desde junio de 2017 que este colectivo de mujeres insolentes le reclama al poder que arbitre las medidas necesarias para que no se repita esta composición del cuerpo local.
Básicamente lo que dijo el STJ es que paridad mata preferencias. Es decir que los hombres más preferidos moverán a los otros hombres en las listas de cada partido y lo mismo con las mujeres. Así lo señala el documento judicial:
“Si un varón de una lista es preferido de acuerdo al porcentaje establecido en la norma vigente que reglamenta dicho sistema -el que como se señalara puede ser modificado-, solamente modificará el orden impreso en la lista desplazando a otro varón” dice la sentencia.
Además el máximo organismo Tribunal de la Provincia le tiró las orejas a la Cámara De Apelaciones Sala Civil diciendo que “la sentencia cuestionada adoptó una posición restrictiva de los derechos del sector antes mencionado (el movimiento de mujeres), en abierta contraposición a lo que señalan diversas normas de tratados internacionales incorporados a la Constitución Nacional”.
El dato a tener presente es que, los magistrados dejaron establecido que este criterio se aplica en las próximas elecciones que se desarrollarán el 16 de Junio. Vale decir que se apoyaron en el antecedente del fallo “Queno”.
Uno de los argumentos que esgrimían desde el Concejo Deliberante para negarse sistemáticamente a tratar cualquier proyecto que buscara la paridad de género en ese ámbito, era que había que realizar una reforma de la Carta Orgánica municipal. Esto nuevamente quedó descartado, ya que los jueces dijeron que hay que interpretar las normas de forma armónica, tal como lo expresó el juez de primera instancia a cargo del Juzgado Electoral, Isidoro Aramburu.
En ese sentido, Battaini fundamentó que una interpretación diferente llevaría a avalar que las pautas constitucionales tendientes a la protección de los derechos de participación de las mujeres son mera formalidad y las acciones positivas adoptadas por los convencionales locales en simples declamaciones
¿Por qué se negaron a tratar los proyectos entonces? Imposible saberlo. Lo que sí sabemos es que 6 de los 7 ediles que ocupan hoy las bancas, tienen posibilidades de presentarse para un nuevo mandato y probablemente lo hagan. Tal vez ahí exista algo de la respuesta.
Las acciones positivas buscan “desigualar para igualar”, porque el contexto actual es adverso para la participación de las mujeres en la política, porque los paradigmas socioculturales reservan esos lugares de poder a los hombres. Tan evidente es esto, como la ausencia de mujeres en el Concejo Deliberante.
Ahora, el STJ no garantiza la paridad de género con esta nueva interpretación. Porque en el caso que en las próximas elecciones entrara un persona por lista y esa lista fuera encabezada por hombres, podría llegar a darse el caso de repetir una conformación exclusivamente masculina. Muchos dirán que ese escenario es casi imposible. Seguramente, nadie se imaginó un concejo sin mujeres, pero henos aquí.
Se podría argumentar que podría suceder exactamente lo opuesto, es decir que se conformara un cuerpo exclusivamente femenino. Pero difícilmente pase, sino no estaríamos teniendo esta discusión.
De todas formas, esta sentencia es un gol para las paritaristas y una victoria para todas las mujeres. Sobretodo porque avala una vez más el planteo que sostienen desde el 2017 y que sistemáticamente fue desoído: La paridad no está garantizada por más que esté escrita en la Carta Orgánica. No estaban locas. Tenían razón.
A partir de acá habrá que ver qué medidas adoptan los partidos políticos en esta contienda electoral. Y será cuestión de ver qué listas son encabezadas por mujeres y con eso ver qué partidos tienen un compromiso real con la participación de las mujeres en la democracia. Y por otro lado, con la sentencia del STJ como piso de discusión, continuará el debate en el Concejo Deliberante, en uno más amigable para las mujeres, esperemos.
El juego electoral tiene reglas que lo regulan y ordenan. Esas normas buscan los mejores mecanismos para profundizar la democracia. La democracia, esa con la que se come, se educa y se cura es el voto popular, es la representación de las minorías, es los grupos segregados.
Algunos pretenden discutir si es o no justo para la vida interna de los partidos políticos que se establezcan reglas que garanticen la participación real de las mujeres.
Pero en esa discusión no hay que olvidar que todo el contexto actual es adverso para las mujeres en diferentes ámbitos. Por eso los Estados avanzan con medidas de acción positiva. Para achicar esas brechas de desigualdad. Esas acciones que buscan “desigualar para igualar”.
Y tampoco hay que olvidar que la mayoría de los partidos políticos, que se ponen en alerta cuando les tocan la vida interna, están comandados por 4 o 5 hombres. Y vale la pena recordar ahora que sin mujeres no es democracia.
Luz Scarpati