CÓRDOBA. Los negocios inclusivos y las empresas de comercio justo son una opción para generar empleo e incorporar a la producción a los más vulnerables. Aunque en el país hay experiencias, todavía son marginales. Para Luis Ulla, director ejecutivo del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial (Iarse), debe haber una “coevolución” entre oferta y consumo responsable no sólo para satisfacer necesidades, sino como una “parte activa y virtuosa de procesos ambientales, económicos, culturales y sociales”.

Desde la Subsecretaria de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible del gobierno nacional, se organizan talleres para promover una “economía social sustentable, que no es una mera acción de filantropía ante situaciones de vulnerabilidad, sino un espacio donde las empresas tienen mucho para aportar”. Así lo explicó Victoria Morales Gorleri, titular del área, en una jornada sobre el tema desarrollada en esta ciudad.

En una charla con LA NACION, Morales Gorleri dijo que no está cuantificado el empleo que generan la economía sustentable y los negocios inclusivos, pero que se trabaja en un relevamiento y, en especial, en expandir esas modalidades.

Durante la jornada se presentaron diferentes casos, entre ellos el de Xinca, una empresa mendocina con fines sociales que fabrica zapatillas a partir del reciclado de cubiertas en desuso y telas desechadas. Inició sus actividades hace cinco años y en la confección participan 32 internos de la cárcel San Felipe de Mendoza, que recibieron capacitación de Calzados Cuyo. En el país se tiran entre 100.000 y 120.000 neumáticos por año y en Mendoza, cerca de 1000, y eso contamina. “Con ese material hacemos las zapatillas”, explica Ezequiel Gatti, uno de los socios.

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