Cada aniversario de la ciudad vuelve a traer una escena que ya forma parte de su identidad. El grupo de Aguas Abiertas del Club Hispano Americano realizó el tradicional cruce de la Ría, desde Punta Gancho hasta la costanera de Río Gallegos, desafiando el viento, la marea y el frío patagónico.
La propuesta convoca año tras año a nadadores y nadadoras con experiencia, dispuestos a medirse con un entorno que nunca se repite. La Ría impone sus propias reglas, con corrientes cambiantes, temperaturas exigentes y un paisaje que obliga a nadar con atención y respeto. En ese marco, el cruce se transforma en algo más que una prueba deportiva; se vuelve un gesto colectivo de pertenencia.

Con motivo del centenario de la institución, una decena de integrantes del club volvió a poner el cuerpo en el agua bajo una consigna que sintetiza el espíritu de la jornada, porque no hubo épica forzada ni solemnidad. Hubo concentración, compañerismo y el pulso firme de quienes conocen la Ría y la eligen.
Quiénes completaron el cruce
El recorrido se completó con esfuerzo y trabajo en equipo por parte de:
Federico Perfafare; Florencia Seco Cabral; María Girelli; Cintia Barón; Hernán Bernardi; Ariana Belén Rosales; Rubén Ariel Giménez; Pablo Cerra; Gonzalo Riestra; Karina Gorchs; Damián Ezequiel Conrath; Emiliano Maggioni; Lucía Pera; Lautaro Francisco Álvarez Morales; Mariana Vázquez; Melina Miani; Agustina Mansilla; Natasha Aguilar; Andrea Beatriz Pac.

Desde la organización destacaron, además, el acompañamiento de quienes colaboran de manera constante y desinteresada para que esta travesía sea posible. Un gesto silencioso, sostenido en el tiempo, que convierte cada cruce en un regalo compartido para quienes aman nadar y para quienes sienten a Río Gallegos como parte de su propia historia.