Vanesa Maigua es nacida en la localidad de El Chaltén donde reside actualmente. Hace unas semanas presentó como trabajo final de su carrera la visibilización de la problemática habitacional a través de la fotografía como evidencia de la misma.
Vanesa recientemente obtuvo en la ciudad de Córdoba el título de Técnica en Fotografía y para su trabajo final pensó en su ciudad natal, El Chaltén, lugar donde nació y se crió. “Tenía dos propuestas y me decidí en poder hablar de la crisis habitacional. Llamó bastante la atención porque fuera de la provincia y de Argentina, El Chaltén es conocido por la cuestión turística y sus paisajes”.
El trabajo implicó recaudar tanto testimonios como también adentrarse en los hogares de quienes participaron del proyecto, que constó de la colaboración de veinticinco personas y familias. “Fue bien recibida por los vecinos, me dejaron sacar fotos, contar sus historias. Me permitieron ingresar con las cámaras y fotografiar sus casas”, agrega Vanesa.
Su trabajo requirió previamente una investigación de los fotógrafos de la zona a quienes tuvo de referentes. “Es un trabajo documental y de retrato que tiene dos focos. Uno, la documentación del espacio, donde focalicé en fotógrafos y la historia de Santa Cruz, en un repaso por la conquista del desierto, las huelgas del 21, y las fotografías del Chaltén antes de que fuera pueblo, para llegar a hoy”. Con respecto a lo que es retrato, tuvo presentes las técnicas de cómo fotografiaban a los pueblos originarios y también a referencias de la familia pionera Madsen, creando así un recorrido histórico.
Las fotografías están unificadas con el blanco y negro a nivel visual, saliéndose de lo que acostumbra a retratar con colores. “Siempre me gustó la fotografía artística, y encuentro que es una manera de expresión y comunicación, es una herramienta poderosa. Me encuentro cómoda y contenta con la foto como herramienta de visibilización y denuncia”.
El problema de viviendas también la atraviesa, y fue un gran impulsor para este trabajo. “Vivo con mi madre en la casa donde crecí, comparto con chicos que no podemos acceder a una tierra. Cuando alcancé la mayoría de edad ya no se daban más expedientes y todos mis compañeros viven en el terreno de sus papás”.
Expresa que quiere “habitar este lugar, elijo quedarme y me gustaría poder tener un pedacito de tierra”, revelando que es muy común que muchos vecinos tengan la incertidumbre de dónde van a habitar cada seis meses.
Vanesa pretende continuar con este proyecto iniciado que le valió el título y aportar también a la comunidad, no solo desde la exposición de la problemática. “Deseo ampliar el trabajo y crear un archivo del pueblo que hace falta, es un pueblo muy joven y estaría bueno ampliarlo”.
Fuente: Ahora Calafate