La psicóloga Lorena Honrubia explica que el término fobia suele ser bastante conocido: todos en algún momento hemos oído hablar de él, ya sea porque conocemos a alguien que padezca alguna fobia o nosotros mismos la hemos padecido en algún momento y/o la padecemos. Pero vamos a investigar más sobre esta palabra y lo que implica.

Fobia es un término que proviene del griego (phobos) y su aplicación está vinculada al miedo. Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo.

Un miedo y una fobia difieren en que las fobias son irracionales. En la fobia se observa que el miedo es desproporcionado con respecto al peligro al que la persona se expone y lleva a evitar la situación temida, provocando que el temor aumente y coja fuerza. En cambio, en el miedo la persona asume una actitud atenta y de cautela frente a los peligros; el miedo ayuda a estar atentos y en alerta cuando hay un peligro real, en vez de interferir en ella de manera negativa.

En ocasiones esto puede llegar a provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.

Mucha gente puede llevar una vida normal a pesar de tener una fobia. No obstante, otros restringen sus actividades diarias debido al temor a que les suceda algo. Una fobia se inicia cuando una persona comienza a organizar su vida procurando evitar el objeto de su miedo. Una fobia es mucho más grave que un simple miedo. Quienes la padecen tienen una necesidad irresistible de abstenerse de todo aquello que puede desencadenar su ansiedad.

En las naciones industrializadas, las fobias son el tipo más común de trastorno de ansiedad. Se cree que más de 50 millones de personas en Estados Unidos y 10 millones en el Reino Unido viven con una fobia. Pueden afectar a individuos de cualquier edad, sexo y nivel socioeconómico.

Muchos piensan que en las fobias existe cierto componente genético (si un progenitor la padece, puede llegar a transmitírsela a sus hijos), pero los expertos no se ponen de acuerdo sobre qué papel juega realmente la biología y cuánto corresponde al entorno/aprendizaje.

Hay dos categorías de fobias: las simples o específicas y las complejas. Las fobias simples son miedos a objetos, animales, situaciones o actividades específicas. Suelen empezar muy pronto en la vida, durante la infancia, y suelen desaparecer al alcanzar los veinte años.

Las fobias complejas generalmente comienzan más tarde, en la edad adulta. Éstas son más difíciles de enfrentar porque se asocian a menudo a un miedo o a una ansiedad profundamente arraigado.

Fobias Simples o Específicas

Una fobia específica es un miedo intenso de algo que supone poco o ningún peligro. Son fobias a situaciones o animales o cosas concretas. Tales fobias son un miedo irracional de una cosa en particular.

Si el objeto o situación que produce miedo es fácil de evitar, las personas con este tipo de fobia no ven la necesidad de llevar ningún tratamiento. Aunque, en ocasiones, esta evitación puede implicar decisiones importantes personales o profesionales, y llevada al extremo, puede llegar a incapacitarnos para hacer según qué cosas.

Fobias Complejas

Las dos fobias complejas más comunes son la agorafobia y la fobia social.

La fobia social consiste en el miedo a lo que los demás piensan de nosotros, miedo al ridículo. Suelen ser personas que les cuesta mucho relacionarse con otros. Es “el miedo persistente a una o más situaciones sociales o actuaciones en que la persona está preocupada acerca de la evaluación negativa o escrutinio por otros, por ejemplo: hablar en público, escribir, comer o beber en público, iniciar o mantener conversaciones”.

El término “agorafobia” ahora tiene un significado mucho más amplio que el que tenía antes, donde implicaba sólo el miedo a los espacios abiertos. En la actualidad, abarca desde el miedo a dichos espacios como el miedo a las multitudes y a la dificultad de escapar rápidamente hacia un lugar seguro.

La palabra, por lo tanto, se refiere a un grupo de fobias que giran en torno a salir de la seguridad del hogar, de la zona de confort de la persona. Este es probablemente el trastorno fóbico que más incapacita. Aquellos que sufren agorafobia pueden llegar a no salir de casa completamente, afectando de esta forma su vida.

La agorafobia puede manifestarse de varias maneras:

Como el miedo a salir de casa, a estar entre una multitud de gente, a los grandes espacios abiertos, a estar lejos de casa o a una combinación de los anteriores.

Si se diagnostica y se trata rápido, la agorafobia se puede curar; si no se trata durante mucho tiempo, puede convertirse en una afección debilitante, aterradora y destructiva.

Pero también existen aquellas fobias denominadas “raras” y que, a priori, podrían aparentar hasta simpáticas, pero a aquellas personas que las padecen no les causan la menor gracia.

Jonathan García-Allen, Psicólogo y Director de comunicación de Psicología y Mente enumera algunas:

  1. Hexakosioihexekontahexafobia: miedo al número 666

Los que padecen hexakosioihexekontahexafobia sienten un miedo irracional hacia el número 666 y evitan las cosas relacionadas con este número, tales como un edificio en el cual el número se exhiba claramente, una matrícula de un vehículo o un transporte público con esa numeración. El origen de esta fobia está ligado a Satanás o al Anticristo, por tanto es más frecuente que la padezcan personas que se han criado en familias cristianas.

  1. Xantofobia: miedo al color amarillo

Dentro de las fobias más raras, la xantofobia es miedo irracional al color amarillo. Cualquier cosa que contenga amarillo produce gran ansiedad a las personas que sufren este tipo de fobia. El sol, la pintura amarilla o inclusive la palabra ‘amarillo’, generan síntomas de ansiedad en el xantofóbico.

  1. Turofobia: miedo al queso

Las personas que sufren turofobia no pueden ver ni oler un simple trozo de queso. Ya sea de mozarella, cheddar o roquefort, el queso les produce una sensación de malestar intenso. Esto es debido a una experiencia traumática sufrida con anterioridad, usualmente en la infancia. Sin duda, es una de las fobias más raras que se conocen.

  1. Crematofobia o Crometofobia: miedo al dinero

Esta es una de las fobias raras que más llama la atención. La crematofobia o crometofobia es el miedo irracional al dinero. Para estas personas se hace muy complicado ir a supermercado o comprar un billete de autobús. Algunos crematofóbicos tienen miedo al poder corruptor del dinero y otros pueden haber sufrido un trauma causado por el dinero. No hay que confundir el miedo que sienten algunas personas por tocar billetes o monedas que han tocado otras personas, ya que en este caso seria temor a los gérmenes (misofobia o germifobia).

  1. Somnifobia: miedo a dormir

Esta fobia provoca un miedo irracional y excesivo ante el acto de dormir. Las personas que la sufren sienten pánico por pensar que mientras estarán durmiendo algo terrible les va a pasar, como por ejemplo, que dejarán de respirar y morirán. La causa puede ser también el miedo a tener pesadillas debido a haberlas sufrido de manera repetida con anterioridad. Obviamente, esta fobia está ligada con el insomnio.

  1. Coulrofobia: miedo a los payasos

La imagen de un payaso produce pánico, miedo y angustia a la persona que sufre coulrofobia. Aunque es común que esta fobia sea percibida como algo gracioso por parte de las personas que no tienen este miedo, el sujeto que experimenta la fobia a los payasos o coulrofobia puede llegar a desencadenar importantes ataques de ansiedad.

  1. Ombrofobia: miedo a la lluvia

Como la mayoría de fobias más raras que hemos descrito, esta fobia es muy poco conocida. Las personas que sufren ombrofobia sienten un miedo incontrolable a mojarse con el agua de lluvia. Estas personas se pueden volver extremadamente obsesivas con tal de no mojarse, lo que les lleva a idolatrar los objetos que se usan para protegerse del agua como paraguas, impermeables o toldos.

  1. Hipopotomonstrosesquipedaliofobia: miedo a las palabras largas

Hace referencia al miedo irracional a la pronunciación de palabras largas y complicadas, por lo que la persona que sufre esta fobia va a evitar mencionar este tipo de términos. Muchas veces, esta fobia viene acompañada de timidez social y miedo a quedar en ridículo. Debido a la complejidad de la palabra que se usa para denominar esta fobia, actualmente se usan las palabras sesquipedaliofobia o largsofobia.

  1. Omfalofobia: miedo a los ombligos

Esta fobia hace referencia al miedo a ver o tocar su propio ombligo o el de los demás. Estas personas tienen serios conflictos a la hora de bañarse por no poder mirar su ombligo ni tocarlo. Los síntomas fisiológicos que se presentan van desde la irritabilidad, las náuseas, mareos, vómitos, sensación de furia junto con ira, así como una sensación de total impotencia. Sin duda, una de las fobias más raras.

  1. Hilofobia: temor a los árboles

Se refiere al temor a los arbustos, los árboles y los bosques. Se suele desarrollar en niños pequeños, ya que se vincula con el temor que presentan las películas sobre los bosques encantados, en los que se pueden encontrar brujas o monstruos malvados.

  1. Triscaidecafobia: miedo al número 13

La triscaidecafobia es el miedo irracional al número 13. Los que sufren este trastorno de ansiedad evitan cualquier objeto o cosa que contenga el número 13. Por otro lado, la fobia al viernes 13 se llama parascevedecatriafobia.

  1. Papafobia: miedo al Papa

La papafobia es el miedo o temor al Papa (al Santo Padre del Vaticano, jefe de la Iglesia Católica) o a todo lo que tiene relación con él. Algunos expertos piensan que forma parte de la fobia a lo sagrado o a los santos. En cualquier caso, basta con mantenerse alejado de la Santa Sede para no alcanzar niveles preocupantes de ansiedad.

  1. Uranofobia: miedo al cielo

Las personas que sufren uranofobia sienten temor al cielo y a la vida después de la muerte. Puede desarrollarse en creyentes que piensan que serán juzgados al fallecer. Esta es una de las fobias más raras y complejas de tratar, puesto que no es posible hacer una terapia de habituación.

  1. Pogonofobia: miedo a las barbas

Esta fobia se descubrió en 1851, y hace referencia al miedo irracional que muchas personas sienten hacia las barbas, especialmente hacia las más largas y pobladas. Pese a que las barbas no suponen peligro para la salud de las personas, los pogonofóbicos sienten miedo y nauseas cuando ven a alguien con vello facial.

  1. Tripofobia: miedo a los agujeros

Los que sufren esta fobia manifiestan auténtico pánico, náuseas y sudores fríos cuando ven agujeros pequeños y juntos o cosas que contienen agujeros. Por ejemplo, un panal de abejas o los agujeros de un ladrillo.

El acompañamiento terapéutico es fundamental a la hora de enfrentar este tipo de trastornos y siempre hay que tener en cuenta que existen distintos grados de fobias. Existen aquellos que pueden hablar de ellas con cierta libertad y también hay personas que no soportan ni mencionar lo que les pasa. Es importante ser conscientes a la hora de apoyar a un amigo, familiar, compañero de trabajo y nunca menospreciar cómo se sienten.

 

María Fernanda Rossi

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