El Dr. Maximiliano Zapata Ruiz, médico de Río Gallegos e integrante de la comitiva que participó del traslado desde la Base Antártica Orcadas, explicó cómo fueron los días anteriores al rescate con un avión DHC-6 Twin Otter, desde la base Antártica permanente Orcadas, pasando por Marambio, hasta llegar a la ciudad de Ushuaia.

En la región Antártica, el clima no favoreció al vuelo de evacuación desde el primer momento en que el Suboficial segundo electricista Héctor Ariel Bulacio sufrió un accidente, fracturándose las dos piernas. El operativo debió postergarse unos días por un temporal de fuertes vientos y nevadas, pero afortunadamente no hubo lugar a la tensión y los nervios por parte de la cuadrilla de emergencia y se actuó según el protocolo de seguridad, pensando en el bienestar del paciente.

En declaraciones a Radio Nacional Ushuaia, el Dr. Zapata informó que es parte del Escuadrón de aeroevacuaciones médicas de la Fuerza Aérea Argentina, y que se encuentra destinado en la base de Río Gallegos: “El día lunes al mediodía me comunican que hubo un accidente en la Base Orcadas y que se debía evacuar un paciente. Me informan del parte médico por parte de la base Navio Florenciali a través de una conversación directa”, inició el relato.

Luego me comunican que tengo que viajar, busqué el equipo antártico necesario (que siempre tengo preparado) y a las 13 hs estaba arriba de un avión Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina rumbo a la Base Marambio; allí llegamos a las 17, 30 hs. Hablé con el Capitán Malussi, y con el teniente Vianatto y con los mecánicos para saber lo detalles de la misión”, agregó sobre la etapa de recolección de información previo al viaje.

Por diversas cuestiones no pudimos realizar la evacuación el martes y se debió volver a la Base Frer por razones meteorológicas ya que la pista de la Base Marambio estaba cerrada. Tuvimos que tomar la alternativa de la Base Frer, esperamos en la base chilena, varados, hasta que mejoraran las condiciones climáticas. Mientras tanto en la Base Orcadas el personal preparo una pista provisoria, trabajando 48 horas, relevándose y paliando nieve”, continuó.

El viernes se logró salir de la base Frer, y quiero destacar que allí nos brindaron todo el apoyo logístico que necesitábamos, desde el alojamiento hasta la comida. Logramos aterrizar en la pista de Orcadas, toda iluminada, el viernes a la noche. La verdad que eso fue un sentimiento de alivio, porque mientras tanto me comunicaba con el Teniente Florenciani para saber cómo estaba el paciente”, aseguró.

Estuvimos cortando filo desde el día lunes ya que el suministro del oxigeno y la medicación, como la morfina, se estaban terminando. Además hay que agregar que el temporal no ayudó, teníamos temperaturas de 55º bajos cero de térmica en Orcadas y 48 º bajo cero en base Frer, con vientos bastantes intensos”, explicó.

Mientras que el sábado llegamos a la Base Orcada, el paciente debió viajar solo por razones técnicas de combustible. Tuvimos un briefe operativo porque ese era un punto sin retorno, ya que si no podíamos aterrizar ahí debíamos dar vueltas”.

El objetivo era sacarlo de Orcadas, que las condiciones climatológicas no se cierren y que salga todo bien, básicamente fue actuar. Una vez que dejamos al paciente la sensación fue de alivio. Tenía en la mente llegar, cargar al paciente y llevarlo. Fue ponernos en situación y centrarnos en el objetivo”, aseguró.

Dejarlo morir en Orcadas no era una opción, no hay alternativa, entonces en ese momento pensábamos en que había que sacarlo como sea: logramos estabilizarlo y lo subimos al avión, fue difícil pero nos arriesgamos”, sentenció y agregó que la salida fue algo complicada: “Para salir necesitábamos más pistas, además de que había un cerro al lado que provocaba un efecto de turbulencia, el avión se movió mucho, pero la Argentina tiene los mejores pilotos del mundo, que logramos aterrizar y manejar la situación de una manera nunca vista”, remarcó.

El aterrizaje en Tierra del Fuego fue suave. Ahí ya lo bajamos del Hercules que tenía la configuración de aeroevacuación medica. Se dieron las condiciones adecuadas. Los meteorólogos estaban sin dormir monitoreando todo, mientras que los doctores me asistieron en todo momento”.

Todos estábamos centrados en el operativo. Después cuando terminábamos caímos que hicimos historia. Es un verdadero orgullo nacional pertenecer a la Fuerza Aérea y volar con la Águilas, de hacer todo para ayudar a este hombre que se accidentó en un lugar inhóspito, como es la Antártida. Desde el continente es difícil darse cuenta, pero hay que pensar que accidentarse en Antártida es como estar en otro planeta”, celebró.

Finalmente, Zapata agradeció al plantel que ayudó: “la enfermera suboficial Caravano que lamentablemente no pudo ir al vuelo a Orcadas pero trabajó mucho en el vuelo Marambio-Ushuaia estabilizando a Bulacio. También a Las Águilas, desde el Cabo principal Arroyan, el teniente Vianatto, el capital Malussi y toda la gente que trabaja en la Antártida haciendo patria todos los días para fomentar la soberanía Argentina en el Continente Blanco”.

 

Silvana Minué

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