En el marco de iniciativas interministeriales, especialistas del CONICET desarrollan la Red de Observación Marina Argentina (ROMA), para el estudio sistemático y monitoreo coordinado de la zona litoral costera, abarcando desde el Estuario del Río de la Plata hasta la Antártida.
Establecido desde el año 2009 por la Organización de las Naciones Unidas, el Día Mundial de los Océanos este año se celebra bajo el lema “Planeta océano: La Marea está Cambiando”, con la intención de sensibilizar sobre los fenómenos que están transformando las masas de agua que componen mayoritariamente el planeta, y de sugerir que “es hora de poner el océano primero”.
“El planeta Tierra debería llamarse Océano, decía Arthur Clarke, autor de 2001: Odisea en el Espacio, porque tiene más relevancia de la que imaginamos”, comenta Gustavo Ferreyra, oceanógrafo biológico, investigador del CONICET y director del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET), con sede en la ciudad de Ushuaia. “Los océanos son los encargados de absorber la mayor parte de la radiación solar: por una parte, esa energía eleva sus temperaturas y, a través de la circulación termohalina, regula el clima del planeta; por otro lado, sirve para la producción y reproducción de los organismos marinos por medio de la fotosíntesis de algas que habitan en zonas costeras y del fitoplancton que se encuentra en todo el océano, sintetizando materia orgánica, realizando captura de carbono y generando más de la mitad del oxígeno que respiramos”, agrega el científico.
Ferreyra advierte que, a pesar de que la plataforma marina argentina contiene grandes recursos, tanto por su vastedad como por su diversidad, se encontraba poco estudiada. Es una realidad que empezó a cambiar a partir de 2015, con la creación de la Iniciativa Pampa Azul y la sanción de la ley 27.167, que creó el Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos (PROMAR), lo cual posibilitó el desarrollo de estudios continuos y coordinados de los espacios al norte del paralelo 60° sur, que resultan indispensables para asegurar el uso racional de los recursos marinos y la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad.
En ese contexto y bajo su coordinación general, desde 2019, Ferreyra, junto a la coordinación técnica de los investigadores del CONICET Gerardo Perillo y Alejandro Vitale, ambos pertenecientes al Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, CONICET), promueven la formación de la Red de Observación Marina Argentina (ROMA), englobando dinámicamente a un grupo de instituciones de diferentes ministerios, con el propósito de impulsar un estudio sistemático y monitoreo coordinado de la zona litoral costera, abarcando desde el Estuario del Río de la Plata hasta la Antártida. El objetivo central es obtener de forma sostenida datos marinos de alta calidad para el desarrollo integral y sustentable de los recursos marinos vivos y de otro tipo de la zona costera de la Argentina, y para la investigación científica, en el marco del cambio climático.
Los destinatarios de este conocimiento son tanto la comunidad científica, los organismos públicos gubernamentales y el sector privado, como la ciudadanía, que es en última instancia la beneficiaria del uso sustentable de los recursos y del cuidado del ambiente. De esta manera, los datos recopilados por la ROMA contribuyen a respaldar iniciativas económicas marinas de interés nacional en el litoral costero (por ejemplo, pesca, maricultura, minería y petróleo); evaluar los efectos del cambio climático sobre el ecosistema, y en particular sobre organismos de interés comercial; producir datos de alta calidad útiles para la navegación y el turismo; detectar de manera temprana anomalías, validar modelos oceanográficos físicos, y la elaboración de planes de contingencia para la prevención y control de impactos debido a la contaminación, entre otros.
Instituciones intervinientes/NODOS
La Red está conformada por once instituciones pertenecientes a cuatro ministerios (Ciencia, Tecnología e Innovación; Agricultura, Ganadería y Pesca; Educación; y Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto). Cada uno de los nodos integra instrumentos para observaciones meteorológicas y oceanográficas ubicados desde la superficie hasta 50 metros de profundidad. La información obtenida se transfiere a repositorios y bases de datos, y se pondrá a disposición a través de una plataforma web (actualmente en elaboración).
En el CADIC, en su calidad de nodo de la ROMA ubicado en el Canal Beagle (Provincia de Tierra del Fuego AIAS), se llevan a cabo las siguientes actividades:
- Instalación y mantenimiento de una estación meteo-oceanográficas en cercanías de la costa, conectada con sensores ubicados a 8 m de profundidad, con transmisión de datos en tiempo real.
- Próxima instalación y mantenimiento de un sistema Lander fondeado a 30 metros de profundidad, que mide variables complementarias a las adquiridas por el instrumental ubicado en la costa.
- Transecta mensual realizada con la embarcación oceanográfica BIC Shenu, en un derrotero a lo largo del Canal Beagle que comprende 12 estaciones con perfilado oceanográfico y recolección de datos superficiales en continuo (“underway”) durante las navegaciones, como complemento de los datos adquiridos por los instrumentos fijos en la costa en la localidad de Isla Redondas.
“Toda la información recopilada por las estaciones meteo-oceanográficas, boyas y sistemas continuos a bordo de embarcaciones, es transmitida en tiempo real por medio de 4G o Satelital a los servidores de la Red ROMA. Éstos actualmente se encuentran localizados en el IADO”, comenta Vitale. Y agrega que “el resto de la información recolectada tanto por los Landers y Estaciones de perfilado oceanográfico son subidas al mismo servidor de base de datos de la red de forma manual. Será de libre acceso y en simultáneo desde el portal de la Red. Esto es uno de los objetivos principales de la red, generar y compartir la información”.
Fuente: CONICET