Siempre es bueno hacer una breve sinopsis del Capitán Campos para aquellos lectores que llegan a este rincón sin tener conocimientos previos del gobernador preferido de la historia fueguina.
El Capitán de Fragata Ernesto Manuel Campos había nacido en Capital Federal el 5 de agosto de 1914. Ingresó a la Marina de Guerra como cadete del Cuerpo General el 1 de marzo de 1931, egresando como guardiamarina en julio de 1936. Estuvo ligado a Tierra del Fuego desde la década del 40, cuando se desempeñó como secretario de la gobernación Marítima y como presidente de la Comisión de Fomento de Ushuaia. Fue designado gobernador en tres oportunidades; dos de ellas por el doctor Arturo Frondizi, en los años 1958 y 1961, y la tercera por el doctor José María Guido en el año 1962.
Entre sus objetivos -y logros destacados en Tierra del Fuego- podemos contar la instalación de una zona franca y la explotación de yacimientos petrolíferos en cercanías de Río Grande, permitiendo de este modo que la gobernación percibiera regalías.
Con ello, logró la construcción de los hospitales regionales y el hotel Albatros. Luchó contra la arraigada tradición fueguina de calefacción a leña impulsando la instalación de gas natural; concretó la pavimentación de las principales arterias de la ciudad, promocionó la radicación de capitales, inauguró LRA10 Radio Nacional Ushuaia e Islas Malvinas y estimuló la comunicación vía marítima de los puertos fueguinos, navegando desde el puerto de Buenos Aires hasta el Canal Beagle en la lancha patrullera Zurubí.
Campos después fue diputado nacional por el Territorio fueguino, e incluso, estuvo a cargo de la flota petrolera de YPF. Pidió en su testamento que lo enterraran en Ushuaia, y allí está, en el viejo cementerio de la ciudad, en un lugar destacado que se logró por la gestión del entonces intendente Mario Daniele, pues ya no había lugar en ese cementerio.
Gran visión tuvo Campos respecto a las cuestiones de soberanía, no solo por las acciones ligadas específicamente a la isla grande, sino por las decisiones tomadas respecto de las Islas Malvinas, donde pretendió insertarse mediante políticas públicas.
El 15 de noviembre de 1972, por iniciativa de Campos, se inaugura la pista de aterrizaje de Puerto Argentino construida por la Fuerza Aérea Argentina y Vialidad Nacional.
Campos consideraba fundamental que, para recuperar la soberanía de las Islas Malvinas, se debería estrechar los lazos con los habitantes: “Entre 1971 y 1972 estableció un intercambio constante con los habitantes de las islas Malvinas, agilizó el traslado de enfermos al continente y ayudó a estudiantes isleños que querían continuar sus estudios en Buenos Aires. Desarrolló el proyecto Antares, que consistía en la construcción de una planta de almacenaje de combustible en Puerto Argentino para YPF. Durante su gobierno se concretó el viaje del buque Yapeyú a la Antártida, previa estadía en Ushuaia”.
Su idea era que los isleños dependieran del continente, de lo que podía brindarle el gobierno legítimo: pista, escuela, hospitales, combustible, para hacer efectiva la soberanía.
Entre los años 1971 y 1972 Ernesto Campos viajaba continuamente a las Islas Malvinas y allí estableció contacto con muchos isleños, que para esa época ansiaban venir a estudiar al continente.
El proyecto “Antares”, que consistía en la construcción de la planta de almacenaje de combustible para YPF en Puerto Argentino, era el motivo que movía al Capitán a viajar continuamente al archipiélago. Por aquél entonces, Argentina y Gran Bretaña habían firmado un acuerdo de cooperación, bastante diferente el actual Foradori-Duncan.
A través del convenio de entonces, entre otros servicios, Argentina construyó el aeropuerto y realizaba el servicio postal entre las Islas y el resto del mundo.
Campos, prestaba servicios para YPF -los famosos “Yacimientos Petrolíferos Fiscales”- al mismo tiempo que se construía la pista de aviación, a cargo del Comodoro De la Colina (que luego sería uno de los 55 héroes de la Fuerza Aérea en 1982).
Definitivamente Ernesto Manuel Campos tenía una idea y trabajaba con el objetivo de desarrollarla: hacer la vida de los isleños más sencilla y a partir de ello, lograr la reafirmación de la soberanía nacional.
Muchos de los isleños que pudieron venir a estudiar al continente, a través de los planes del gobernador, fueron a diversas provincias como Córdoba y hasta al “Saint George” de la ciudad de Quilmes, en la Provincia de Buenos Aires.
En sus constantes viajes hacia las islas, no solo les llevaba provisiones, sino que hasta incluso traía algún isleño enfermo para que pueda ser curado en los hospitales argentinos, aún hoy, mejor equipados que en las islas.
Según figura en un breve párrafo en el sitio elmalvinense.com, la hija del gobernador Campos -Mercedes- a modo de anécdota, recordó cuando su padre en una ocasión llevó duraznos frescos, que eran prácticamente desconocidos en las Islas.
Pequeños gestos, unidos a grandes decisiones políticas, marcaron un paso inolvidable en el archipiélago que, varias décadas después, sigue resultando un sueño soberano.
María Fernanda Rossi
Fuentes: elmalvinense.com / zona-militar.com