Un hombre vestido de paisano que olía whisky me pilló robando una batería en la trastienda del almacén Sears Roebuck de Long Beach. Me colocó de pie contra la pared y me dijo lo que eso significaba y adónde conducía. No me entregó a la policía.

Lo odié durante años, y no volví a robar jamás.

Pero recuerdo lo que sentía siendo ladrón. Te sentías como si vivieras en una habitación sin ventanas. Luego te sentías como si vivieras en una habitación sin paredes. Sentías un frío mortal en el corazón, y al cabo de tiempo el corazón se moría y ya no quedaba esperanza, solo la furia en la cabeza y el miedo en las entrañas… De no haber sido por un oficial de policía alcohólico, ahora yo estaría en ese estado.

 

de EN BUSCA DE UNA VÍCTIMA de Ross MACDONALD, 1954.

 

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