“El abuelo” es un sobreviviente. Ya estaba vivo antes de la creación del Parque Nacional Los Alerces donde se encuentra y mucho antes de que llegue Colón a América. Tiene 2620 años. “Hay un decreto de 1937 que resguardaba la zona y en 1940 se formalizó el Parque Nacional Los Alerces”, explicó Hernández.

Antes, se usaba la madera del alerce porque no se descompone. Tarda mucho en crecer y mucho en degradarse, y se talaba para usarla en carpintería y embarcaciones. Hoy, por supuesto, su explotación está prohibida.

Historia del Alerce

Por eso, “el abuelo”, es un monumento natural vivo, emplazado en el medio de la Patagonia. Este alerce ha pasado lluvias, vientos, incendios y todo aquello que pudo pasar en más de 2600 años.

“No tiene ninguna cicatriz de incendio”, explicó Hernández, “pero sí de un hachazo. Esto es porque los leñadores antes hachaban una parte para mirarle la veta, si estaba muy torcida, lo descartaban. Es decir, no lo talaban porque no les servía para madera. Así que tuvo suerte también de no haber sido talado”.

Características del Alerce

Este árbol milenario se encuentra en el Parque Nacional Los Alerces, a orillas del lago Menéndez. Mide 57 metros de alto y 2,8 metros de diámetro. Se necesitan seis personas agarradas de sus manos para poder rodear al árbol. “Es el segundo árbol vivo más longevo del planeta”, aseguró el intendente del parque. El primero es el Pinus Longaeva que se encuentra en Estados Unidos.

Longevidad y Protección

La longevidad de este árbol tiene que ver con su ubicación. Según expertos, la cordillera de los Andes lo protegió, envolviéndolo en un bosque prácticamente inexplorado, donde no hay rutas ni energía eléctrica. Estos árboles milenarios son de crecimiento lento y sus ejemplares pueden vivir entre 3000 y 4000 años y medir más de 70 metros.

Cómo Llegar para Ver “El Abuelo”

Llegar hasta donde está insume más de una hora de navegación y otra de caminata. Se parte de Esquel y hay que desplazarse unos cien kilómetros hasta la pasarela que cruza el río Arrayanes en la desembocadura del Lago Verde para arribar al Parque Nacional Los Alerces.

De ahí se caminan unos mil metros hasta Puerto Chucao, desde donde hay que embarcarse en un catamarán, navegar por el Lago Menéndez y recalar finalmente en el alerzal, un bosque donde los alerces conviven con arrayanes, lianas y pequeñas orquídeas salvajes a orillas del río Cisne.

“Se llama lahuan que es abuelo en idioma mapuche”, especificó Danilo Hernández Otaño, intendente del Parque Nacional Los Alerces. Orgulloso del tesoro que hay en la Patagonia: el segundo árbol más longevo del planeta.

Fuente: https://noticiasambientales.com/

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