Gustavo Viera (Ushuaia, 1971). Narrador de cuentos y escritor.

Participó de la Revista Rodia, una publicación gratuita que durante años difundió la literatura fueguina y mundial.

En 1995, en la ciudad de Tolhuin, fundó la Biblioteca Popular Malvinas Argentinas.

Presidió ante la CONADIP la federación de bibliotecas populares.

En el 2012, el Concejo Deliberante de la ciudad de Ushuaia lo nombró ciudadano destacado en reconocimiento a su constante labor de promocionar la lectura y contar historias, en pos de servir a la Comunidad Educativa y a la Cultura Provincial.

En el 2018, editó su libro ¨El custodio del Desdémona y otros relatos¨.

Compartimos con las lectoras y los lectores de EL ROMPEHIELOS, estas palabras de Gustavo Viera:

Empecé a narrar cuentos, en el año 2000. Recuerdo que mi hija tenía, en ese tiempo, 7 años, y por las noches, le leía cuentos para que se duerma. Para ser sincero, mi lectura en voz alta es bastante trabada, no respetaba los signos o había palabras que no manejaba en mi dialecto y me resultaban difíciles de pronunciar. Entonces para que ella se entretenga con el cuento, comencé a memorizar relatos tradicionales, y antes de que se duerma me ponía a narrar cuentos. Cada noche, como un cocinero, agregaba condimentos al relato y mi público (mi hija) se entusiasmaba cada vez mas.

No sabía que existía la narración de cuentos. Un día fui a la Feria del Libro en Buenos Aires, y mientras caminaba entre los pasillos, entré a un salón donde estaban haciendo un espectáculo de NARRACION ORAL. La narradora se llamada ANA PADOVANI y cuando la escuché de inmediato me gustó y pensé en mi interior: pero si esto es lo que yo hago en mi casa por las noches. Entonces me compré por primera vez un libro y creo que fue ese libro el que me hizo una explosión en mi cabeza, fue NARRACIONES EXTRAORDINARIAS DE EDGAR ALAN POE.

Un día, mi hija le dice a la bibliotecaria de la Escuela Nro. 1 de Ushuaia, Mirta Henske, que su papa contaba cuentos. La bibliotecaria me invito a mí, y a otros padres, a leer cuentos a los alumnos de 4to grado. Todos los padres leían cuentos, y cuando me tocó mi turno, sabiendo que mi lectura era bastante trabada, comencé a narrar y los niños quedaron atrapados con las historias y la bibliotecaria comenzó a llevarme a otras escuelas. Así comencé a narrar cuentos para otro publico.

Que cuentos son mis preferidos?

Comencé a leer libros a los 25 años. Antes leía solo algunas historietas cortas, las tradicionales. El primer libro que pude leer entero, y me pareció poco, fue el de Edgar Alan Poe. Entonces mis preferidos fueron en ese tiempo cuentos de terror y misterios, pero con el tiempo me fui nutriendo de otro tipos de relatos y fui conociendo otros autores. El drama, el amor, la tristeza, la alegría, fueron incorporándose en mis preferidos. Me gustan principalmente que los cuentos tengan un gran mensaje de contenidos sociales, como relatos cortos de Eduardo Galeano, Benedetti, Guy de Maupasant, Frank Kafka y otros más. Si leo algo que no me atrapa de inmediato, lo dejo, no lo continúo. Seguramente me pierdo de enriquecer mis relatos pero con el tiempo llegan.

Hace un tiempo lo que me tiene atrapado son los relatos sobre Tierra del Fuego. Es tan misteriosa la isla y tiene tantas historias y leyendas… A veces uno cuenta en algún lugar alguna historia de aborígenes y parecen de ficción y me preguntan si es verdad eso que conté. Y sí, pasaron cosas en Tierra del Fuego que parecen de mentira, pero pasaron, como por ejemplo la historia de Seriot, el ona guerrillero, historia que encontré en la Revista Fuego.

Donde me siento más cómodo narrando es en la escuela para adultos. Cuando me paro frente a esas personas y cuento alguna historia, veo sus caras que se sienten atrapados por cada palabra, siento que cambio el mundo, que quizás alguno de esos adultos podrá ir a su casa y comenzarán a leer y contar cuentos y que se vuelve a repetir la historia. Así como yo me encontré con Ana PADOVANI quizás ellos algún día podrán decir que se encontraron con este humilde narrador. Entonces eso me genera un cambio, que es posible un mundo mejor a través de la palabra y se porque me lo dicen algunos que han comenzado a leer a partir de que escucharon algún relato desde mi ser.

En mi libro, los lectores se van encontrar con relatos cortos, vivencias que fui transformando en cuentos, agregando un poco de fantasías, que tienen referencias a lugares de Tierra del Fuego, como San Pablo, Arroyo Café, entre otros, y referencias de personas no muy conocidas pero por algún acto que hicieron quedaron grabados en mis recuerdos, tal es el caso por ejemplo de Raúl Muriel, un simple ciudadano que hacia actos de bien como limpiar una alcantarilla en épocas de lluvias.

La influencia de Tierra del Fuego en mi obra en el primer libro se nota desde la tapa: sobre mi rostro esta la Isla. El amor que siento por este archipiélago es inmensurable. En un segundo libro que estoy escribiendo, creo que todo lo que me estoy nutriendo leyendo diferentes autores locales y buscando información me tiene cautivo y eso lo estoy plasmando en cada relato: historias de oro, de matanzas y demás. Siento la necesidad de poder expresarme en forma de cuentos para que otros puedan saber un poquito más de esta tierra y así sientan lo que yo siento por esta isla. Aun todas las mañanas al mirar por la ventana me sorprendo por su belleza, pero esto comenzó a pasar cuando me interiorice un poco más en la historia que tiene en sus entrañas.

Para mí todo es arte, todo lo que uno pueda hacer con el pensamiento, las manos, con una simple acción se convierte en arte. El poder crear y hacer es arte. No puedo imaginar un mundo sin arte, sin artistas. Cuando veo algo que se hizo con las manos y se nota cierto grado de amor en esa creación, lo contemplo, lo observo y me hace pensar en que el hombre es un transformador de cosas. Convertir algo que parece inerte en algo útil es maravilloso, las letras es maravillosas, como una persona en un renglón puede dejar un mensaje inolvidable… Hasta el movimiento es arte, la forma de expresarnos es arte… y con esta entrevista entro a reflexionar la poca importancia que le daba en mi niñez a las actividades artísticas de la primaria y creo que eso nos pasa con todos. Las materias como dibujo, música, actividades plásticas, como que no le damos la importancia que deberían tener. Ya convertido en un ser maduro me hubiese gustado aprender más técnicas creativas, porque el arte es crear y hacer, con el arte es posible llegar al horizonte y saltar al abismo y sentir placer en cada acción.

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