Conrado Sánchez Posleman (Capital Federal, 1995). Fotógrafo. Pasó su infancia y su adolescencia en Ushuaia, donde tomó contacto con la montaña y el snowboard. En el mundo de los deportes de invierno dio sus primeros pasos en la fotografía. Antes de finalizar el secundario se fue a vivir a Buenos Aires. Estudia fotografía y realiza distintos talleres para perfeccionarse.

Nos cuenta Conrado, para los lectores de EL ROMPEHIELOS:

Siempre estuve en contacto con mucho material visual. Me gustan las películas, los libros de imágenes, de pinturas. Nunca fui muy lector, pero la parte visual de todo siempre me atrajo.

A los 15 años, un tío mío que es fotógrafo, Fernando Cortiglia Bosch, me regaló mi primera cámara réflex. Ahí empecé a sacar fotos.

En el 2017 empecé un taller de fotografía de con Juan Travnik, quien, además de contarme sobre autores y explicarme muchas cosas, me incitó a que empiece mi proyecto personal. Así surgió ¨Baguales¨. Esta muestra se puede ver en la ex Torre de agua de la Plaza Brown en Río Grande. Previamente estuvo en la Casa Beban (Ushuaia).

El verano anterior fui a Península Mitre y tomé fotografías. Ese material se lo llevé a Juan Travnik. Ahí empezó un proceso de aprendizaje, en el cual mi profesor y mi tío fueron muy importantes, para que yo tenga hoy un cuerpo de trabajo.

Tres años me llevó hacer ¨Baguales¨. No es un trabajo regular, de todos los días. Me junto con la gente del taller, me siento a ver y editar imágenes, para ver qué es lo que uno puede contar con su material.

¨Baguales¨ es mi primer trabajo ¨más profesional¨. Estoy muy contento y orgulloso con lo que estoy logrando, y muy agradecido con los que me ayudaron.

Ser fotógrafo en Tierra del Fuego tiene la ventaja del lugar hermoso que tenemos. La isla es increíble. Pero eso no basta: hay que estudiar y formarse.

El medio fotográfico es una herramienta para poder expresarme y decir lo que quiero y opinar sobre diferentes cosas. Es la herramienta que tengo para poder difundir un mensaje.

En el momento de fotografiar siempre estoy pensando en lo que se me cruza en el lugar y lo que me da intriga. Hay cosas que no veo cuando estoy sacando fotos, pero aparecen en la revisión. El momento más importante es el de la edición y la revisión. El momento de sacar la fotografía es más intuitivo.

No me gusta decir que soy artista. Prefiero hablar de fotógrafo. Siento que artista me que queda grande, y recién estoy empezando.

Sobre la obra ¨Baguales¨:

Todo surge un verano en el cual tenía otros planes para mí, pero un día – a último momento – mi hermano me insiste para que lo acompañe a hacer una travesía por península Mitre.

Entonces no sabía qué esperar de este lugar, al cual fui sin expectativa alguna.

Lo que sí sabía era que dado mi interés por la fotografía quería documentar lo vivido en aquel viaje.

Desde el primer momento que pisé el estribo de la montura del caballo y comenzamos a andar me enamoré del lugar.

Cada cosa que veía me deslumbraba con asombro. No podía creer lo que tenía alrededor.

Cautivado por lo que había visto decidí documentar más a fondo lo que se encontraba en ese maravilloso lugar.

Quería captar la esencia de lo salvaje.

En el transcurso de ese año las cosas cambiaron…

Mi interés por la fotografía creció más allá de una simple foto. Comencé la carrera de fotografía en la facultad y al mismo tiempo un taller de fotografía de autor. Y me entusiasmó el hecho de tomar ese lugar como punto de partida para mi primer proyecto a largo plazo.

Hice foco en la vida rural de unos jóvenes que se dedican al rodeo de baguales (caballo o vaca salvaje).

El lugar se apropió de mí y lo visité en 4 ocasiones los siguientes 2 años.

El paisaje se transformó en territorio, el territorio en experiencia, la experiencia en chispa y la chispa en fuego, el fuego de algo salvaje.

Me hice uno con ese paisaje.

Conrado Sánchez Posleman

“En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos, en tiempos egoístas y mezquinos,en tiempos donde siempre estamos solos…”
Fito Paez, Al lado del Camino

Baguales: un retorno a lo salvaje

Un grupo de jóvenes de diferentes capas sociales y estadios culturales se han ido a un lugar que uno podría llamar el fin del mundo.

Han cambiado tener objetos por tener experiencias, la comodidad de un espacio liquido por una vivencia de lo salvaje.

En un momento donde nos invade la post-verdad, estas imágenes muestran intención de tocar lo real.

Si la verdad no aparece en el desvelo, sino cuando se rasga o se rompe la superficie (en el “incendio del velo” lo llama Walter Benjamin) podemos entenderla como un proceso que sucede a base de encender, de luchar contra la oscuridad.

Como lo expresa el poeta Rilke: “si arde es verdadero” y asistimos a un incendio, nutrido por la sed de encontrar una experiencia.

Estos jóvenes van a un lugar y en una zona (literal) de naufragios establecen un marco nuevo: vuelven a un estado salvaje de ardor, de contacto con algo honesto y descarnado.

La relación se construye desde un plano horizontal donde nadie es más importante que el otro. Este cambio en la referencia de la jerarquía establece un cambio de orden: subvierte los órdenes.

Como diría Didi Uberman estas imágenes tocan lo real.

En un mundo de manipulación quieren volver al incendio de la verdad, defender algo intangible, buscar la profunda certeza de la experiencia.

El territorio se vuelve paisaje y el paisaje sentido y ese sentido transforma nuestra existencia en algún plano.

Siento en estas imágenes ese potencial de transformación.

Donde a través de la reunión se crea un acto, un simple gesto de rebelión, de comunión y de hermandad.

Saber mirar una imagen es en cierto modo poder discernir el lugar en donde arde, el lugar donde la eventual belleza reserva un sitio a una señal secreta… esa señal secreta sería esta forma de no enfriar, esta forma de mirar y de construir.

Fernando Cortiglia Bosch

Contacto:
https://www.facebook.com/conradosanchezposleman https://www.instagram.com/csposleman/

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