Más de 80 focos de incendios forestales continúan activos en Australia y el humo ya ha llegado hasta América del Sur, evidenciando la escala global de la catástrofe que ya lleva afectadas más de 10 millones de hectáreas.

Mientras las impactantes imágenes de los incendios forestales en Australia recorren las redes sociales y los noticieros de todo el mundo, las consecuencias de esta catástrofe ya pueden ser percibidas por los habitantes de Sudamérica, ya que el humo proveniente del estos incendios ha sido detectado en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. Se trata de un viaje de alrededor de 12000 kilómetros a través del océano, pero la distancia no ha sido un obstáculo para que los efectos de estos devastadores incendios lleguen al otro lado del mundo. La presencia de partículas de humo en la atmósfera ha sido confirmada por las instituciones meteorológicas de los citados países americanos.

En las últimas horas se han registrado importantes precipitaciones en diversos puntos de Australia, lo que ha contribuido a reducir la magnitud de los incendios, aunque aún persisten 80 focos activos. Desde que comenzaron los incendios se estima que se han visto afectadas mas de 10 millones de hectáreas, 2500 casas han sido destruidas, 1000 millones de animales han muerto y 28 personas han perdido la vida. Las columnas de humo que se elevan desde el continente y son arrastradas por el viento pueden ser apreciadas desde el espacio, como se observa en numerosas fotografiás tomadas por los astronautas de la Estación Espacial Internacional e imágenes satelitales difundidas desde que comenzaron los incendios.

Las partículas de humo, que debido al calentamiento del aire se elevan a las capas más altas de la atmósfera y desde allí se unen a las corrientes de aire que atraviesan al hemisferio sur, llegan a América desde el este. Si bien en nuestro país el humo pudo ser observado a simple vista, la mayor concentración de partículas se ubica a unos 5000 metros de altura, según los especialistas la concentración no es suficiente como para representar un riesgo para la salud. Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del cambio climático, amenazan con agravar aun mas la situación que, en un principio, ha creado las condiciones propicias para esta catástrofe. Se estima que desde en lo que va desde que se iniciaron los incendios forestales de esta temporada, se han liberado en la atmósfera alrededor de 400 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de un país industrial como Reino Unido. Por otro lado, las partículas de cenizas que están circulando por la atmósfera podrían afectar a los glaciares, ya que al depositarse sobre los hielos cambian las características de reflexión de estos provocando un incremento en la velocidad de derretimiento.

Los eventos como el de Australia son sumamente raros, pero los efectos del cambio climático harán que sean cada vez mas frecuente. Su efecto sobre la atmósfera y sobre los factores que alimentan el calentamiento global suponen una reacción en cadena, por lo que cada mega incendios como el de Australia supone un incremento de las posibilidades de que eventos de similares características puedan suceder en otros puntos del planeta. Desde que la crisis climática global tomó estado de conocimiento público, se ha advertido de que las catástrofes relacionadas a los cambios en el clima serian cada vez de mayor magnitud y frecuencias. Hoy estamos observando como esas predicciones comienzan a cumplirse.

Abel Sberna

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