El Gobierno tomó posesión del edificio donde funcionaba el Centro Cultural conocido como “La Mateada”. Cambiaron la cerradura y el lugar ya no será manejado por la Asociación Civil que lo recibió en el año 2009 y tenía un comodato hasta 2024. El senador (mc) Osvaldo López, uno de los fundadores de “La Mateada”, difundió un texto donde se refiere a “lo alarmante de los tiempos que vivimos, donde cada vez más parece ser moneda corriente que el Estado cierra espacios populares en diferentes puntos del país”. “Vengo de acompañar a un grupo de amigos de La Mateada (Asociación Civil que venía llevando adelante el Centro Cultural Autogestionario El Galpón en el Barrio CAP a partir de su recuperación), quienes fueron obligados por el Gobierno Provincial a entregar las llaves para proceder al cambio de cerraduras y toma de posesión”, comienza el relato de Osvaldo López.

Luego cuenta: “Hice entrega a la Escribana de una fotografía que documenta el estado en que la Asociación recibió el edificio en 2009, para que pueda cotejarse con el estado en que se lo devuelve, y de una copia simple del Convenio de Comodato, con plazo hasta 2024, que hasta el momento no fue dado de baja, y que el Funcionario de Gobierno a cargo del operativo, Javier Eposto, refirió no encontrarlo en los protocolos de la Casa de Gobierno”. Más adelante señala que “La decisión obedece a un hecho ajeno a la responsabilidad de La Mateada, en que un vecino que solicitó las instalaciones para la realización de un evento fue superado por su organización, al desencadenarse una trifulca que terminó con intervención policial. Desconocemos si las personas intervinientes en la riña fueron ‘infiltradas’ por alguien con intencionalidad dañina, pero evidentemente el hecho fue aprovechado por el gobierno para, estigmatizando y castigando a opositores políticos, perjudicar a un numeroso colectivo de los diferentes barrios del sector, y de la ciudad toda, que participan y desarrollan actividades culturales en el lugar”.

Haciendo una suerte de breve balance expresa que “Es el fin de un ciclo, que nos deja una mezcla de un sabor amargo con la sensación del deber cumplido, al haber intervenido un edificio abandonado que, de no haberlo hecho, estaría hoy totalmente destruido como muchos otros edificios históricos del lugar, paradójicamente, ‘patrimonio histórico de la ciudad’”. Concluye su nota “No sin denunciar lo alarmante de los tiempos que vivimos, donde cada vez más parece ser moneda corriente que el Estado cierra espacios populares en diferentes puntos del país, le auguramos al Gobierno, en interés de la sociedad, un exitoso aprovechamiento del patrimonio que le aportamos con la recuperación y la custodia de este emblemático edificio que supo abandonar durante la gestión del ex gobernador (Carlos) Manfredotti”.

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