El presidente del Consejo Daniel Salamone y el titular del INTA Juan Cruz Molina Hafford se reunieron junto a autoridades de la Sociedad Rural Argentina para fortalecer la investigación científica, la innovación y la transferencia al sector productivo. El encuentro se dio en el marco de la celebración de los 10 años de la empresa de base tecnológica Bioinnovo, creada entre INTA y el laboratorio Vetanco SA, con el investigador del CONICET Andrés Wigdorovitz como uno de sus fundadores y director científico.

El presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Daniel Salamone y el titular del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Juan Cruz Molina Hafford mantuvieron un encuentro para trabajar en una agenda común en temas vinculados a la ciencia y el agro. Este diálogo tuvo como anfitrión al vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Marcos Pereda Born. La reunión se realizó en el marco de la celebración por los 10 años de la empresa de base tecnológica Bioinnovo que fue impulsada por el investigador del CONICET Andrés Wigdorovitz y está creada entre el INTA y el laboratorio veterinario Vetanco SA.

Las autoridades dialogaron sobre distintos temas vinculados a la incorporación de innovación al sector, fortalecer las líneas de investigación y desarrollo conjuntas y profundizar la articulación entre ambas instituciones. Luego, recorrieron el stand de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía en el marco de la 136º Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional de la Rural.

Durante el encuentro, Salamone celebró la articulación estratégica que significa para Argentina la vinculación entre el CONICET y el INTA y fortalecer las líneas dedicadas a la innovación para el agro. Hizo foco en la importancia de trabajar sobre una agenda común y destacó diversas investigaciones innovadoras en temas asociados a tecnologías aplicadas al agro, alimentos, salud animal, rendimiento de cultivos, entre otros.

En este sentido, destacó el trabajo en diagnóstico y prevención en salud animal llevados adelante por el investigador del Consejo Andrés Wigdorovitz y su equipo que dieron origen a una sinergia público-privada. “Bioinnovo es una empresa que es un caso de éxito y una muestra de que son posibles y muy fructíferas las articulaciones público-privadas para generar productos innovadores y de calidad para solucionar problemas concretos del sector agropecuario”.

A su turno, Molina Hafford destacó el vínculo fructífero entre el INTA y Vetanco y subrayó la importancia de la ciencia básica trasladada a procesos tecnológicos que agregan valor, como viene haciendo el INTA hace 67 años. En este punto celebró la articulación público-privada que permite transferir ciencia a las empresas privadas y, además, ponderó la capacidad que tienen el CONICET y el INTA para fortalecer una agenda en común de trabajo en innovación para el agro.

Por su parte, Marcos Pereda Born señaló lo importante que es para el sector el trabajo científico en alianza con el sector productivo e incorporar innovación para solucionar problemas y generar riquezas para el desarrollo para el país.

Durante el encuentro también estuvieron presentes el vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET Alberto Baruj, la vicepresidente de INTA María Beatriz Giraudo, el director nacional de Agricultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca Nicolás Bronzovich, el director nacional del INTA Ariel Pereda; el director del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas de INTA Oscar Taboga; representantes del Consejo Directivo del INTA: Sergio Melgarejo, Juan Manuel Bautista y Nicolás Carlino; el investigador del CONICET, director científico de Bioinnovo y director de INCUINTA Andrés Wigdorovitz, el gerente general de Vetanco Eduardo Zavalía,
el director de Relaciones Institucionales del CONICET Alejandro Dabrowski, el director Nacional de Comunicación Institucional del INTA Máximo Bontempo, y referentes de distintas áreas y equipos de ambas instituciones.

Cabe destacar que entre el CONICET y el INTA existen trabajos mancomunados de diversos grupos investigación que llevan adelante por ejemplo, el desarrollo de un test para el diagnóstico rápido de la tristeza bovina; una plataforma de biopolímeros para usos agroindustriales sustentables; la serie Crono que es una línea de software que permite a los usuarios, a través de una plataforma sencilla e intuitiva, simular el ciclo completo de una variedad comercial de un cultivo (soja, trigo, cebada, trigo sarraceno, y canola) antes de sembrarla en una determinada localidad de la Argentina, en una fecha específica del año.

También se trabaja en el desarrollo de una harina de insectos para ganadería en búsqueda de opciones de engorde del ganado a bajo costo; en el cultivo de peces como método efectivo para reducir larvas de insectos. También se busca maximizar el rendimiento del maíz andino y se trabaja en el desarrollo de un inoculante autóctono deshidratado por secado spray para la conservación de forrajes, entre otros.

Bioinnovo: Una articulación público-privada virtuosa

El investigador del CONICET Andrés Wigdorovitz, inicialmente se destacó en investigaciones basadas en la producción de vacunas en plantas transgénicas y en vacunas recombinantes a subunidad en otros sistemas tales como células de insectos y bacterias. En el campo de los kits diagnósticos ha participado en el desarrollo y producción de varios de ellos, entre los cuales se destaca el destinado a la detección de la anemia infecciosa equina, que está siendo comercializado desde el año 2011. También trabajó en los avances en la plataforma IgY (producción de anticuerpos policlonales en huevo) que dieron origen a una familia de productos y a la empresa público-privada de base tecnológica Bioinnovo.

En este sentido, Wigdorovitz celebró el décimo aniversario de Bioinnovo y lo consideró “una década de esfuerzo, innovación y logros en el campo de la biotecnología”. Y agregó: “Nuestros proyectos han no solo contribuido significativamente al avance científico, sino que también han tenido un impacto positivo en el control de las Diarreas de los terneros y en el control del Virus de la Diarrea viral Bovina”.

Por su parte, el gerente general de Vetanco Eduardo Zavalía, afirmó: “Bioinnovo es la demostración de que la consolidación de una empresa público-privada en Argentina es posible cuando se cuenta con las herramientas necesarias y la voluntad de las partes involucradas es firme y clara”. Y agregó: “Nuestro desafío es seguir invirtiendo en el desarrollo científico innovador con impacto real, sumando nuevos productos, abriendo y consolidando más mercados, incluso aquellos que requieren certificaciones más exigentes para las estructuras productivas, que si bien hoy no aparecen a nuestro alcance confiamos en poder lograrlo”.

Esta vinculación público-privada permitió consolidar equipamiento e infraestructura, sinergizar las capacidades, formar equipos de trabajo interdisciplinarios y crecer en su cartera de desarrollos y productos.

Una década después de investigación y desarrollo Bioinnovo ya ha lanzado dos biológicos únicos en su clase por su diseño e innovación: Bioinnovo IgY DNT, para la prevención de la Diarrea neonatal del Ternero, y Vedevax Block, la primera vacuna direccionada a subunidad contra el Virus de la Diarrea Viral Bovina a nivel mundial.

Fuente: CONICET

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