Héctor Oyarzo era oriundo de Río Gallegos, pero desde 1982 habitaba en El Calafate, con una breve interrupción en la que había vuelto a su ciudad, para después retornar a la ciudad donde hizo la mayor parte de su carrera.
Primero perteneció a la Prefectura Naval Argentina, luego eligió quedarse en el entonces hospital de El Calafate de la década del 80.
El histórico enfermero falleció luego de un mes de internación. El Covid-19 profundizó otras patologías.
Fue despedido en medio de una ola de recuerdos y reconocimientos personales y laborales.
Su cuerpo fue velado en una casa fúnebre local. El cortejo partió de allí y pasó por la Unidad Comunitaria Formenti, donde funcionó el hospital local hasta el 2015.
Al momento de enfermarse Oyarzo estaba prestando servicios en el hospital SAMIC de El Calafate, donde había ofrecido sus servicios para colaborar en el trabajo contra la pandemia.
Héctor llegó El Calafate en 1982 y desde entonces trabajó en el viejo Hospital “Dr. José Formenti”, y últimamente en el SAMIC. Si bien estaba jubilado, su pasión por el servicio lo motivó a seguir vinculado al hospital.
Oyarzo fue diagnosticado con COVID-19 el 7 de octubre, quedando internado en terapia intensiva el 4 de noviembre.
“Me decía que a nosotros los viejos este virus no nos iba a ganar”, recordó Angelica Bahamonde, una de sus históricas compañeras de trabajo.
Hasta el cementerio local llegó la unidad de la cochería, escoltada por ambulancias de su ex hospital.
El fallecimiento de “el flaco” Oyarzo fue sentido en varios sectores de la comunidad. Mediante las redes sociales vecinos e instituciones se manifiestan con dolor y acompañamiento a sus familiares.
El Calafate cuenta con 318 casos activos de COVID-19, de los cuales 14 permanecen internados, 6 en terapia intensiva.
Oyarzo es uno de los 16 vecinos ingresados a la estadística oficial de la cantidad de fallecimientos por COVID, en El Calafate, y el primer trabajador del sistema de salud de El Calafate.
Sergio Villegas
