El Servicio de Vigilancia Atmosférica del Sistema Europeo Copérnico ha registrado una disminución de la capa de ozono a 18 kilómetros sobre el Ártico. Si bien el deterioro de la capa de ozono es una problemática que se concentra sobre la Antártida, no es la primera vez que el fenómeno se observa en el polo norte. La última vez había sido en el año 2011.

El espacio está inundado de todo tipo de radiaciones potencialmente destructivas para la vida en La Tierra. Una de ellas es la radiación ultravioleta emitida por nuestro Sol, la cual impacta sobre nuestro planeta en proporciones que harían imposible la vida tal y como la conocemos de no contar con una protección adecuada. Esta protección es una capa ubicada en la estratosfera que contiene altas concentraciones de ozono, un gas que absorbe hasta el 99% de la radiación ultravioleta que llega a nuestro planeta.

A fines de las década de 1970 se descubrió una importante disminución en las concentraciones de ozono en la capa, en especial en las regiones polares y particularmente sobre La Antártida. Por ese motivo en el año 1987 la Asamblea General de las Naciones Unidas firma el Protocolo de Montreal, diseñado para proteger la capa de ozono reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias que se ha estudiado que reaccionan con ella y se cree que son responsables del agotamiento de la misma.

Las observaciones de la capa de ozono son constantes y sirven para conocer la evolución de la problemática, tener cierto control sobre la misma y mantener a la población informada, en especial en regiones habitadas que se ven afectadas durante las temporadas en que el ozono disminuye. En el marco de estas observaciones el Servicio de Vigilancia Atmosférica del Sistema Europeo Copérnico (CAMS) ha detectado una merma en las concentraciones de ozono sobre el círculo polar Ártico, lo que ha llamado la atención debido a que el agujero de ozono se focaliza principalmente en el polo sur y no es frecuente la disminución de la capa en la región norte. Este fenómeno fue observado por última vez en el año 2011.

Según los científicos de Vigilancia Atmosférica, las columnas de ozono sobre amplias zonas del Ártico “han registrado valores mínimos récord este año, lo que ha derivado en la formación de un agujero de ozono” y preveen que la situación podría ser aún mas grave durante 2020. Este fenómeno se produce cada primavera austral de la Antártida, sin embargo, los agujeros de ozono sobre el Ártico “son poco habituales, debido a que, por lo general, el hemisferio norte no cuenta con las condiciones necesarias para que se produzca un agotamiento de la capa de ozono tan marcado”, según CAMS.

Según el organismo esta perturbación en los niveles de ozono se deben a cambios en las condiciones atmosféricas del hemisferio norte y a temperaturas más bajas de lo habitual. “La estratósfera ártica generalmente está menos aislada que su contraparte antártica porque la presencia de masas de tierra y cordilleras cercanas perturba los patrones climáticos más que en el hemisferio sur. Esto explica por qué el vórtice polar en el hemisferio norte suele ser más débil y más perturbado que en el hemisferio sur, y las temperaturas no bajan tanto. Sin embargo, en 2020 el vórtice polar ártico ha sido excepcionalmente fuerte y de larga vida. Además, las temperaturas en la estratosfera ártica fueron lo suficientemente bajas durante varios meses a principios de 2020 para permitir la formación de PSC, lo que resultó en grandes pérdidas de ozono sobre el Ártico” explicaron desde CAMS.

Abel Sberna

Fuente: atmosphere.copernicus.eu

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