Casi sobre el final del 2017, Comodoro Rivadavia todavía revela cicatrices de las tareas del rescate que no pudo ser. La ropa que se había pedido para los submarinistas del ARA San Juan esperaba ser retirada por las autoridades del Puerto Comodorense y devuelta a su origen. La historia en la siguiente nota.

Comodoro Rivadavia – Era 24 de noviembre. A casi diez días de la desaparición del submarino del ARA San Juan, el pedido de la Marina Americana devolvía la esperanza al país y al mundo cuando reafirmaron su voluntad de traer a los 44 submarinistas del ARA San Juan con vida.

Ese día, en medio de los trabajos que se hacían para convertir al remolcador suply Sophie Siem en una emabrcación de rescate, Walter Flores, actual director de Defensa Civil de la provincia del Chubut repetía una y otra vez el detalle del pedido.

Fue hoy a las 14 hs, los Marines a través de Prefectura nos solicitaron 44 chalecos salvavidas y ropa de abrigo. La curiosidad nos llevó a preguntar para qué, y nos respondieron que era para los 44 submarinistas que tenemos perdidos en el fondo del mar.

Apenas 6 días después, el vocero de las Fuerzas Armadas anunciaba la finalización del operativo SAR (Search and Rescue, búsqueda y rescate). Ya no se estaban buscado con vida a los submarinistas del ARA San Juan. El Sophie Siem regresaba y era desmontado, el Skandi Patagonia fue devuelto a las costas fueguinas. Ambas embarcaciones habían sido convocadas -entre otras- para participar específicamente en las tareas de rescate. Los tiempos se habían extendido de más. Rescatarlos con vida excedía la lógica.

El 19 de diciembre, el mismo Walter Flores que había gestionado la concreción del pedido de esperanza había sido notificado que las bolsas con la ropa para los submarinistas del ARA San Juan esperaban en la guardia de Prefectura a ser retiradas.

La madrugada del 1 de diciembre el Sophie Siem había atracado en el puerto de Comodoro Rivadavia, donde se inició el desmonte del mini submarino. “Los Marines, cuando habían desembarcado del Sophie Siem, había traído la ropa en bolsas, tal como la tenían preparadas, y las devolvían porque les había sido imposible hacer algún rescate”, le contó Flores a EL ROMPEHIELOS.

El titular de la Prefectura, Humberto Huanau, y el prefecto Aranda fueron los encargados de la notificación. “Yo coordiné con ellos y esta tarde me fui a buscar los bolsones esos que obviamente voy a entregar al Ministerio de Familia, que fue quien gestionó las dos tandas de entrega de ropa, y obviamente los chalecos salvavidas fueron debidamente repuestos al club náutico YPF del KM3”, relató Flores.

Cuando arribó el Sohie Siem devolvió los salvavidas y la ropa”, contó Huanau por su parte. “No me acuerdo bien cuando volvió -relató a EL ROMPEHIELOS-. Nos dejaron a nosotros porque estaban apurados para irse, supongo” aventuró el titular de Prefectura en un breve intercambio por WhatsApp.

Era 29 de diciembre y las bolsas con ropa que una vez fueron reflejo de esperanza que animó a todo un país, descansaban indiferentes en la camioneta de Defensa Civil de la provincia del Chubut donde van a tener que esperar a que la vida cotidiana vuelva a la normalidad el próximo 2 de enero, y puedan regresar a la delegación comodorense del Ministerio de Familia.

Flores relató que “fue devuelto todo aquello que habían pedido para una posible extracción de los submarinistas”, aunque confesó que “fue feo volver a buscar la ropa”. La ropa que no llegó a abrigar un submarinista del aún desaparecido ARA San Juan. Un submarinista que no pudo regresar con el abrigo a sus familias, que todavía esperan.

 

Pablo Riffo

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