Una joven de Río Grande nos relata sus experiencias en la naturaleza fueguina al tiempo que alerta sobre las problemáticas ambientales que observa en la provincia.

“Siento que somos más los jóvenes y los chicos los que tenemos la conciencia de cuidar, de preservar el lugar que habitamos” dice Marianela Rodriguez, una joven oriunda de Río Grande, movilizada por el voluntariado ambiental en su ciudad.

Hoy se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, efeméride oficial proclamada por las Naciones Unidas en 2009, que busca visibilizar y sensibilizar a las personas acerca de la importancia del cuidado de nuestra casa común.

António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, observa que “al transformar nuestra percepción de la naturaleza, podemos reconocer su auténtica valía”. Algo parecido siente Marianela, y así lo expresa: “Desde chiquita mi papá me llevaba a conocer distintos rincones de la isla, casi todos los fines de semana íbamos juntos a algún lado”.

“Yo nací acá y me encanta nuestra naturaleza. La costa, los cerros, los bosques. Mi lugar preferido es ‘Aguas Blancas’, cuando viajas, pasando por el medio del bosque y sobre todo ahora en otoño, el reflejo del sol en los árboles genera una variedad de colores hermosos”, describe.

Foto: Daniel Montoya

Tierra del Fuego es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Su riqueza de paisajes que incluyen bosques de lengas y ñires, grandes lagos, el Canal Beagle, estepas doradas, y valles rodeados de los Andes fueguinos.

Un informe difundido en 2021 por Unicef afirma que los niños, niñas y adolescentes (NNyA) son casi 50 % más propensos que las personas adultas a creer “que el mundo se convirtió en un lugar mejor con cada nueva generación”, y advierte que Argentina está entre los países con mayores brechas en la percepción sobre el mundo entre personas jóvenes y adultas.

Marianela cuenta que diversas conversaciones con gente de Tierra del Fuego “hemos llegado a la misma conclusión: hay mucha basura dispersada. Es lo que más se nota en la ruta y cuando estás en el campo, te das cuenta de que no hay mucha conciencia para mantenerlo limpio”.

“Aquí en Río Grande lo primero que ves es la costa, la playa. Desde que entras hasta la última punta es todo mar. Tenemos el Cabo Domingo y ahí siempre van jóvenes a tomar mate, familias que van a pasar la tarde y, lamentablemente, lo primero que se ve es la basura en los pastizales”.

Foto: Joel Reyero

Marianela estudió en una escuela que sostiene un programa de educación ambiental y que todos los años realizaba actividades de limpieza de las costas: “Creo que hay que seguir educando desde chicos, porque lo que yo aprendí en esos años no se me olvidó más”, dice.

Tanto es así que hoy, junto con una amiga, Marianela buscan voluntarios que quieran sumarse a hacer una limpieza de playa. “Quisiera que la gente tome más conciencia del paraíso en el que vivimos. Es tan lindo y queda cada vez menos. Me preocupa lo que está pasando en otros lados, con los incendios de los bosques. Hay mucha gente que, por desconocimiento o por desinterés, va y hace fuego en las áreas protegidas”.

Cómo buena exponente de la juventud, Marianela Rodríguez no pierde el optimismo y se imagina un futuro mejor: “Me imagino una isla más limpia y linda, con gente con conciencia que cuide y se tome en serio su tierra. Somos muchos los que compartimos lo hermoso de vivir acá”.

“Esta es nuestra isla y defendemos su paisaje, crecimos con el viento empujando las espaldas y el frío de la nieve agrietándose la cara Nuestra isla del tesoro está escondida al fin del mapa. Somos el borde del borde. Somos el hielo, el fuego, las nubes, las cumbres y la oscuridad del mar. Todo eso es esta isla, todo eso y mucho más. Por los que ya estaban, por los que vinieron, por los que resisten, por los que se fueron… antes que el daño nos cueste los años que siguen. Antes que mañana es por hoy


Daniella Mancilla Provoste
Foto de portada: Joel Reyero

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